La victoria de Donald Trump y del MAGA, ese difuso movimiento que encabeza el presidente electo hasta el punto de no citar al Partido Republicano (que se asegura el control de las dos cámaras el Congreso) en su discurso de la madrugada electoral, requiere un análisis profundo de las razones que han llevado a una clara mayoría del electorado estadounidense a respaldarle en las urnas y de las consecuencias de su segunda residencia en la Casa Blanca. Para eso harán falta muchos datos y bastante tiempo. Pero adelantemos algunas ideas a bote pronto.
Primera: la candidatura de Trump parece haberse beneficiado de la caída en el número de votantes respecto a 2020. Las razones serán variadas, pero quizás una de ellas sea el desacuerdo de numerosos electores progresistas y jóvenes respecto a su voto “natural”, es decir, la candidatura demócrata. Muchos señalan, con cierta razón, que el apoyo político y material de Biden a Netanyahu en Oriente Próximo (más allá de las declaraciones formales) ha penalizado a Kamala Harris.
La claridad del resultado en las presidenciales excluye la posibilidad de su cuestionamiento y la incertidumbre correspondiente, tanto en lo político como en lo económico
Segunda: la atribución por bloques de una tendencia colectiva al voto parece estar sobrepasada por la realidad. No puede darse por descontado que una aplastante mayoría de las mujeres, los afroamericanos y los latinos elegirán la papeleta demócrata, a pesar de las ideas y propuestas de Trump en cuestiones centrales como el derecho al aborto, los derechos civiles y la inmigración.
Tercera: la buena situación macroeconómica del país, en buena medida gracias a las decisiones de Biden, no es percibida así en términos microeconómicos por las familias, golpeadas primero por la inflación, luego por la subida de tipos y siempre por la desigualdad, terrenos fértiles para los discursos carentes de propuestas, aunque no de acusaciones gruesas.
Cuarta: es positivo que no se haya producido un empate, porque la claridad del resultado en las presidenciales excluye la posibilidad de su cuestionamiento y la incertidumbre correspondiente, tanto en lo político como en lo económico.
Es imprescindible que la UE desempeñe por sí misma y en colaboración con sus aliados y socios un papel central en el mundo, promoviendo la paz, el derecho internacional, el multilateralismo cooperativo
Quinta: para la Unión Europea la victoria de Trump no es una buena noticia, como tampoco lo es para el comercio internacional y para lo que solemos denominar un orden internacional basado en reglas (cuestionado cada día en Ucrania desde la invasión rusa y en el Próximo Oriente). Dentro de la UE habrá quien se alegre (populistas, extrema derecha), pero será muy complicado lidiar con una presidencia que cuestiona planteamientos centrales de la Europa unida, como el multilateralismo y el desarrollo del comercio internacional.
Sexta: en todo caso, ante la segunda presidencia Trump, la UE no tiene otra salida que intentar gestionar lo mejor posible una relación prioritaria incuestionable con los Estados Unidos a partir de la experiencia adquirida con la primera, afirmando nítidamente sus valores y objetivos y fortaleciendo con convicción su autonomía estratégica abierta. Lo que implica ser capaces de avanzar en la profundización política de la Unión.
Séptima: hoy más que nunca es imprescindible que la UE desempeñe por sí misma y en colaboración con sus aliados y socios un papel central en el mundo, promoviendo la paz, el derecho internacional, el multilateralismo cooperativo, un libre comercio basado en la sostenibilidad climática y social y la superación de la desigualdad.
Octava: corresponde a los grandes partidos políticos europeístas conseguir que las mayorías electorales sean aquí las que nos han conducido al modelo político y social que disfrutamos, sin abrir la puerta al extremismo. Una mayoría en Estados Unidos como la que va a gobernar conectada con una similar en la UE sería la peor pesadilla que podemos imaginar.
SOBRE LA FIRMA
Carlos Carnero González (Madrid, 1961) ha sido eurodiputado, miembro de la Convención que redactó la Constitución Europea, diputado a la Asamblea de Madrid, Embajador en Misión Especial y director gerente de la Fundación Alternativas.