De forma recurrente se publican estudios sobre el absentismo laboral en España y los titulares a menudo son similares, entre otras cosas porque quienes los publican suelen tener intereses vinculados a las empresas. Y esto es así porque en buena medida son estas empresas quienes tienen acceso a muchos datos necesarios para que los estudios tengan cierto rigor, si bien no definen todos los parámetros imprescindibles para valorar la calidad de sus análisis.
Los últimos informes publicados suelen concluir que nos encontramos “ante el peor dato de absentismo de la historia de España” que “lastra la productividad, los costes empresariales y la competitividad”, aunque curiosamente no los márgenes de beneficio, que siguen aumentando como así indican todos los datos oficiales.
Absentismo y relacionales laborales
Por supuesto hay que abordar el absentismo de forma seria y rigurosa en el marco de las relaciones laborales pero contando todas las partes implicadas con el acceso a los mismos datos para poder analizar dónde están los problemas. Para ello lo primero que habría que definir legalmente es qué entendemos por absentismo laboral, porque a día de hoy no hay una definición consensuada.
La Real Academia de la Lengua dice que es “la abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación; o abandono habitual del desempeño y deberes propios de un cargo”. Por su parte Adecco, que suele elaborar informes sobre esta cuestión, lo define como “abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación”; y Randstad como “la ausencia del trabajador a su puesto de trabajo cuando estaba prevista su presencia”.
Hay que abordar el absentismo de forma seria y rigurosa en el marco de las relaciones laborales pero contando todas las partes implicadas con el acceso a los mismos datos
Es decir, que definen como absentismo todo aquello que no sea estar presente en el trabajo aunque esa ausencia esté vinculada con el ejercicio de algún derecho como los permisos de maternidad o paternidad, ausencias por fallecimiento de un familiar, los días de asuntos propios o las horas de representación sindical. Todos estos derechos recogidos en leyes, normativas legales o en la negociación colectiva.
Incapacidades temporales
Otro motivo al que se alude como principal causante de estas ausencias son las incapacidades temporales, las bajas de toda la vida, si bien resulta curioso que no distingan entre aquellas vinculadas con contingencias comunes, como una gripe, o con contingencias profesionales, lo que conlleva una ausencia como consecuencia de un accidente de trabajo o una enfermedad profesional. Por tanto, queda claro que las mayores causas de este absentismo ocasional están relacionadas con el ejercicio de derechos o con la protección de la salud.
A todo esto se añaden las causas de absentismo más claras como las faltas injustificadas, la falta de rendimiento en el trabajo o los retrasos en el horario, ámbitos donde la empresa tiene margen para ejercer su potestad disciplinaria aunque su incidencia general es escasa.
Queda claro que las mayores causas del absentismo ocasional están relacionadas con el ejercicio de derechos o con la protección de la salud
Lo que sí sabemos es que se está produciendo un aumento de las incapacidades temporales por contingencias comunes en bajas prolongadas desde 2013, bajas así consideradas porque se prolongan más de 365 días y la incidencia de nuevos casos también sube en los de corta duración.
¿Estamos ante una sociedad que está perdiendo salud? ¿Envejecida? ¿Analizamos cómo y por qué nos enfermamos? ¿Hay una falta de atención a la salud en ciertos ámbitos, como en la salud mental, donde precisamente las relaciones laborales pueden representar un factor de riesgo? A estas preguntas se les debe de dar una respuesta urgente para buscar soluciones.
Y por ello es importante redefinir las estadísticas y que todas y todos manejemos la misma información. Tanto las mutuas respecto de los trabajadores a los que dan cobertura, como el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) manejan datos que debieran ser conocidos por los agentes sociales para tener una foto real de la realidad. Por eso desde Comisiones Obreras hemos propuesto en el Diálogo Social la creación de un observatorio para el seguimiento de la incapacidad temporal por enfermedad común en el que estén las organizaciones empresariales y sindicales más representativas con el objetivo de evaluar los datos e identificar las patologías con mayor prevalencia.
Se está produciendo un aumento de las incapacidades temporales por contingencias comunes en bajas prolongadas desde 2013, bajas así consideradas porque se prolongan más de 365 días
Por otra parte, todos detectamos cómo se ha ralentizado la respuesta médica de los sistemas públicos de salud, con retrasos en las primeras citaciones, en la medicina especializada, o el alargamiento de los tiempos para intervenciones quirúrgicas y rehabilitaciones. Desde Comisiones Obreras demandamos la puesta en marcha de políticas públicas que aumenten las inversiones en los recursos humanos y materiales que dan respuesta a las necesidades de la población en general y la trabajadora en particular.
Acuerdo de negociación colectiva
Está claro que esta falta de celeridad en la respuesta repercute en el alargamiento de los procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes y esa fue la causa por la que nos comprometimos a abordar esta materia con las organizaciones empresariales en el marco del V Acuerdo Estatal sobre Negociación Colectiva, donde las organizaciones firmantes manifestamos nuestra preocupación por los indicadores de incapacidad temporal derivada de contingencias comunes. En ese sentido, acordamos establecer líneas de actuación que mejoren la salud de las personas trabajadoras.
Tanto las mutuas respecto de los trabajadores a los que dan cobertura, como el INSS manejan datos que debieran ser conocidos por los agentes sociales para tener una foto real de la realidad
Igualmente, las organizaciones firmantes de este acuerdo consideramos que el aprovechamiento de los recursos de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social contribuye al objetivo de reducir los tiempos de espera, acelerar la atención sanitaria de las personas trabajadoras y la recuperación de su salud, así como a reducir la lista de espera en el sistema público.
Al objeto de cumplir esta finalidad, desde el acuerdo instamos a las Administraciones con competencias en la materia a desarrollar convenios con dichas mutuas —que son recursos públicos, ya que se pagan cargo a cuota de Seguridad Social, aunque la gestión sea privada— encaminados a realizar pruebas diagnósticas y tratamientos terapéuticos y rehabilitadores en procesos de incapacidad laboral por contingencias comunes de origen traumatológico.
Desde Comisiones Obreras hemos propuesto en el Diálogo Social la creación de un observatorio para el seguimiento de la incapacidad temporal por enfermedad común
Y todo ello con todas las garantías, con el consentimiento del trabajador/a, y en coordinación con el personal sanitario del sistema público, que es quien tiene la facultad para la prescripción de la baja, confirmación y alta. En esta línea también van los contenidos recogidos en sobre esta materia en el último acuerdo de la mesa de Seguridad Social.
Desde Comisiones Obreras seguimos comprometidos en tratar esta materia sin trampas ni demagogias sesgadas, buscando soluciones para las causas que suponen alargamiento en los procesos de reincorporación al trabajo, respetando los derechos, e instando a una respuesta sanitaria más rápida y eficaz.
SOBRE LA FIRMA
Mariano Sanz Lubeiro es secretario Confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental del sindicato Comisiones Obreras