Los resultados de las elecciones generales en Alemania provocan simultáneamente tranquilidad y preocupación. Tranquilidad, porque la primera economía del euro estará gobernada muy probablemente por una gran coalición entre democristianos y socialdemócratas, ganadores y perdedores de los comicios, respectivamente.
Preocupación, por los excelentes resultados obtenidos por una extrema derecha que no gobernará nunca mientras los conservadores mantengan el cordón sanitario que la aísla, algo que con Merz no está en cuestión.
Afortunadamente, los malos resultados de Los Verdes y el fracaso de los liberales al quedar fuera del parlamento solo han dejado viva la opción de gobierno más estable.
Si Alemania puede respirar tranquila, la UE la acompaña en el alivio, porque con Trump en la Casa Blanca, un Ejecutivo alemán fuerte y europeísta es sencilla y llanamente una magnífica noticia.
Bien es cierto que la Comisión Europea sabe que Berlín empujará para moderar el ritmo y el contenido de algunas políticas, pero en la dirección que ya se atisba en la regulación Ómnibus que presentará Von der Leyen en los próximos días.
El futuro verde de Europa es incuestionable, pero no debe entenderse como contradictorio con la reindustrialización, el crecimiento, la creación de empleo y la mejora de los salarios de las grandes mayorías.
Cuestión aparte es si democristianos y socialdemócratas serán capaces de entender que para todo ello es preciso que la UE se dote de los instrumentos financieros necesarios para intervenir en el ciclo económico, como ha propuesto España. Complicado, la verdad.
Ojalá entendieran que, si la demanda privada no es capaz de recuperar el ritmo, se necesitará una inversión pública comunitaria como la que se ha generado con el Fondo de Recuperación, consiguiendo recursos a través de la emisión de una deuda europea respaldada por nuevos recursos propios, con la perspectiva de crear un Tesoro UE.
Si Alemania puede respirar tranquila, la UE la acompaña en el alivio, porque con Trump en la Casa Blanca, un Ejecutivo alemán fuerte y europeísta es una magnífica noticia
Esto último será muy difícil de conseguir, pero es ya sin duda el tema del próximo Marco Financiero Plurianual que comienza a discutirse ahora.
Si se abre paso la paz en Ucrania tras tres años de guerra, el horizonte europeo empezará a estar mucho más despejado tras las elecciones alemanas, aunque con nubes amenazantes en forma de gobiernos con componentes poco deseables en términos políticos y de problemas con el socio del otro lado del Atlántico.
SOBRE LA FIRMA:
Carlos Carnero González ha sido eurodiputado, miembro de la Convención que redactó la Constitución Europea, diputado a la Asamblea de Madrid, Embajador en Misión Especial y Director Gerente de la Fundación Alternativa