María del Carmen Castillo, consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, ha respaldado la manera en que se llevaron a cabo las recientes oposiciones docentes en Andalucía, destacando ante el parlamento que el sistema utilizado es el más transparente de toda España, y ha restado importancia a las quejas recibidas desde la oposición.
«Se han presentado exactamente 37.758 aspirantes en 569 tribunales formados por personas, y es imposible que no haya incidencias», indicó la consejera en respuesta a una interpelación del PSOE-A, según informó Europa Press.
En cuanto a la aplicación de determinados criterios en el proceso selectivo, Castillo alegó que «cuando ponemos reglas no lo hacemos por capricho, sino para garantizar el anonimato y la igualdad de oportunidades». «El tipo de letra o la forma de escribir las pruebas busca asegurar que no haya sesgos y encontrar a los mejores, que también son los que cuidan los detalles», afirmó la consejera.
Castillo reiteró que la Consejería actúa «siempre para homologar la actuación de los tribunales y en beneficio de los opositores», subrayando la importancia de brindar las mismas posibilidades a todos los participantes. «Queremos que todos tengan las mismas oportunidades», enfatizó.
Además, recordó que en estas oposiciones se registraron más de 37.000 candidatos para 7.800 vacantes, y advirtió que «habrá 30.000 que no la obtengan, aunque muchos se han preparado y deben seguir intentándolo». «El año que viene ofrecemos 7.000 plazas más y en cinco años este Gobierno ha consolidado 33.000 plazas docentes», concluyó la consejera.
Por su parte, Verónica Pérez, parlamentaria del PSOE andaluz, acusó a la consejera de «falta de empatía» con los «más de 40.000 aspirantes» que se presentaron a las oposiciones de este año, calificando el proceso de «auténtico desastre de principio a fin».
En su intervención, manifestó «su empatía» a los opositores, «una empatía que a usted le falta», señaló a la consejera, mientras criticaba los «criterios de invalidación de las pruebas» establecidos por la Junta en febrero, algunos de ellos «absurdos», como «el tipo de letra o el número de letra», que «no demuestra la capacidad para ser buen docente».
La diputada socialista denunció que la jornada del examen, el pasado 21 de junio, fue «absolutamente caótica», con «retrasos de horas, falta de copias suficientes, temperaturas de más de 40 grados sin aire acondicionado» y «opositores, incluyendo mujeres embarazadas, sin agua durante horas». «Ante todo son personas. Un poquito de humanidad, un poquito de empatía, señora consejera», reclamó.
Pérez lamentó también «errores en la corrección», donde «erratas fueron consideradas faltas de ortografía» y «aspirantes recibieron exámenes que no eran los suyos», así como una «deficiente comunicación» sobre las planificaciones invalidadas, que en algunos casos se notificaron cuando ya estaban en la segunda prueba. «¿Desde marzo a julio nadie los podía haber avisado?», cuestionó.
Finalmente, criticó que la Junta «cambiara las reglas del juego en mitad del proceso», invalidando pruebas por no incluir en la portada el cuerpo de maestros, un criterio que después fue rectificado tras horas de confusión. «Han jugado con la ilusión y la esperanza de más de 40.000 andaluces», concluyó Pérez, solicitando a la consejera que rectifique.