En una reciente sesión en las Cortes de Aragón, Miguel Ángel Sanz, presidente de FAPAR, ha defendido la necesidad de “educar en el buen uso” de la tecnología. La Comisión especial de estudio para proteger a los jóvenes aragoneses del impacto tecnológico ha acogido exposiciones de distintos expertos en educación y protección infantil.
Sanz destacó que el desafío actual no proviene de la revolución tecnológica iniciada con la pandemia, sino de cómo se ha gestionado, enfatizando la importancia de “regular y educar en su buen uso”. Genaro Delgado, del Movimiento OFF, relacionó el uso excesivo de pantallas con trastornos cognitivos y problemas de salud mental en jóvenes, subrayando la ausencia de pruebas que avalen los beneficios educativos de la tecnología.
Por otro lado, Esther Russo, de Adolescencia Libre de Móviles, criticó el acceso prematuro de los menores a dispositivos avanzados, proponiendo retrasar la edad de entrega del smartphone hasta los dieciséis años. Rosa María Llorente, directora del CEIP Ramiro Solans, comentó sobre la iniciativa de ciberayudantes para promover un uso seguro de internet entre los más jóvenes.
Javier Zarzuela, representando a Escuela Saludable de Ecologistas en Acción, argumentó que la tecnología debería potenciar, y no reemplazar, las capacidades naturales de aprendizaje. Finalmente, Miguel Ángel Sarralde de Fecaparagón, abogó por un enfoque educativo que integre habilidades digitales con otros aprendizajes fundamentales.














