Isabel Lasobras demanda que el Estatuto de las Mujeres Rurales de Aragón impulse derechos y suprima obstáculos

Isabel Lasobras, de CHA, pide que el Estatuto de las Mujeres Rurales aragonesas promueva derechos y elimine obstáculos.

Isabel Lasobras, diputada de CHA en las Cortes de Aragón, ha solicitado este miércoles que el Estatuto de las Mujeres Rurales de Aragón “reconozca derechos y elimine barreras”, como consta en las enmiendas presentadas por su partido a la proposición de ley.

En una conferencia de prensa, Lasobras destacó que el Estatuto “representa una oportunidad histórica para situar a las mujeres rurales en el centro de las políticas públicas” y manifestó el deseo de CHA de que “sea una ley útil” que mejore el acceso de estas mujeres a servicios públicos, empleo, formación y participación.

La parlamentaria subrayó la importancia de las mujeres rurales en el sostenimiento de la vida en Aragón, trabajando en el campo, en los cuidados, en servicios públicos, comercios o emprendiendo, y resaltó que “en un Aragón despoblado, con dispersión y envejecimiento son sinónimo de innovación, arraigo y futuro, son las que más sufren la falta de servicios, de brecha de género en el empleo y la invisibilidad en los órganos de decisión y participación”.

Las enmiendas propuestas por CHA no buscan oponerse a la ley, sino “una propuesta para mejorarlo, para pasar de los principios a medidas concretas que hagan más fácil su día a día”, además de “visibilizar la diversidad de las mujeres rurales y responder a las múltiples formas de discriminación”, asegurando que las políticas de igualdad alcancen incluso a los municipios más pequeños.

Las enmiendas se dividen en cinco bloques, empezando por el “reconocimiento de la diversidad y la lucha contra la discriminación múltiple” y siguiendo con la mejora de servicios básicos, descentralización y accesibilidad. Se propone descentralizar servicios esenciales como extranjería, justicia, atención a víctimas de violencia de género, asesoría legal o servicios sociales.

Otras medidas incluyen apoyos al transporte público y viviendas de emergencia para mujeres víctimas de violencia de género. El tercer bloque aborda la violencia machista, proponiendo la creación de puntos violeta digitales y unidades itinerantes especializadas, además de acuerdos con juzgados entrenados especificamente en esta materia.

El cuarto bloque se enfoca en el empleo, ofreciendo ayudas y bonificaciones para mujeres emprendedoras, especialmente jóvenes o vulnerables, y trabajadoras del sector de los cuidados, incluyendo cláusulas sociales para un empleo digno, alfabetización digital y asesoramiento jurídico.

Finalmente, el quinto bloque se centra en la participación y representación, asegurando una presencia efectiva de mujeres rurales en órganos de decisión y participación de cooperativas y organizaciones agrarias, con una participación equilibrada de mujeres jóvenes y con diversidad funcional.

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