Open Arms denuncia la insolidaridad de la UE con Canarias ante la crisis migratoria y alerta: No mata el oleaje, sí la falta de alternativas

Óscar Camps reprocha a la UE y a España dejar sola a Canarias ante la Ruta Atlántica y reclama más rescate, cooperación y reparto solidario.

El fundador y director de Open Arms, Óscar Camps, ha advertido este viernes en el Parlamento de Canarias de que el archipiélago “no puede estar sola” frente a la actual crisis migratoria y que se trata de un desafío en el que “debería de estar apoyada” por el conjunto de la Unión Europea. A su juicio, Europa “es insolidaria y deja solas a Grecia, España e Italia” ante la presión migratoria procedente del sur. “Lo que mata no es el oleaje, es la falta de alternativas”, ha subrayado.

Durante su intervención ante la comisión de Asuntos Europeos, Camps ha reclamado también una mayor implicación del propio Estado español, al que ha instado a “mirarse el ombligo” y a cooperar con Canarias. Ha recordado que “tenemos retenidos, aquí, a 5.000 menores (migrantes) porque hay comunidades autónomas que no quieren asumir su cuota de responsabilidad. ¿Cómo pretendemos hacer llegar a Europa que hay que ser solidarios cuando aquí tampoco lo somos?”, ha planteado ante los diputados regionales.

El responsable de Open Arms ha denunciado igualmente la falta de determinación de las instituciones comunitarias, especialmente en lo relativo a la Ruta Atlántica. Ha desgranado tres grandes trabas que, según su análisis, lastran la política migratoria europea: la externalización del control de fronteras, la escasa inversión en operaciones de rescate —en contraste con los fondos dedicados a “impedir que salgan”— y la “manida criminalización” de las ONG, que “no son la causa del problema, sino un síntoma del vacío operativo y moral”.

Camps ha lamentado que “Europa no mira más allá del mar, más allá de sus fronteras. Las personas cruzan el Atlántico lo hacen porque sus países se desertifican, sus economías colapsan, sus gobiernos de desintegran y sus vidas valen menos que un pasaporte, mientras, detrás de cada persona que huye, hay una historia que Europa no ha querido escuchar”.

Reclamo de un cambio profundo en la política europea

El fundador de la ONG ha puesto sobre la mesa la necesidad de un “giro real” en la estrategia migratoria de la UE, con un “enfoque nuevo” y “más valiente”. Entre sus propuestas, ha mencionado el refuerzo del SAR europeo y el fin de la “inacción deliberada” en Salvamento, apostando por “más recursos permanentes en el Altántico y en el Mediterráneo”, así como una coordinación más eficaz y el uso de tecnología que permita localizar “embarcaciones en riesgo”, puesto que “salvar vidas no es una opción, sino lo mínimo que se exige”.

Asimismo, ha reclamado un respaldo “estable” de la UE a los territorios que actúan como primera puerta de entrada, mediante un sistema “automático” de reubicación y de financiación. Ha defendido que “las crisis no se gestionan improvisando, sino con estructuras sólidas y equitativas”. A ello ha añadido la exigencia de mayor transparencia y control sobre los acuerdos de cooperación con terceros países, de los que, ha criticado, en ocasiones ni siquiera se conoce “su contenido”.

En este sentido, ha avisado de que “Europa no puede pagar para que otros hagan el trabajo sucio. No podemos externalizar la dignidad humana”. A renglón seguido, ha reiterado que “pretender que la migración se detenga levantando muros, es absurdo” y que es “como tratar de poner puertas en un río”. Por ello considera “imprescindible” impulsar una política de cooperación internacional “seria”, que no se quede en el discurso y que ofrezca condiciones para que las personas puedan “vivir con dignidad”, sin verse forzadas a arriesgar su vida en el océano.

Ruta Atlántica: la más mortal hacia Europa

En cuanto a la situación en la Ruta Atlántica, Camps ha advertido de que “si los derechos humanos no se respetan en el mar, dejan de ser universales” y pasan a convertirse en “privilegios”. “Esto es lo que está en juego en la Ruta Atlántica, la más larga, la más cara y más mortal, el síntoma más claro del colapso humanitario europeo”, ha manifestado.

Ha detallado que, en 2024, han llegado a Canarias por mar casi 47.000 personas, una de las cifras “más altas” registradas hasta la fecha, mientras que otras rutas migratorias hacia Europa “descienden notablemente”.

Según ha descrito, “la explicación es sencilla, pero también es brutal”: cuando Europa “cierra una puerta, no desaparece la necesidad de huir”, sino que la presión se desplaza “a una ruta más larga, más cara y más mortal”, en referencia a la Ruta Altántica, “la más letal del mundo ahora mismo”.

Camps ha recordado que “más de 10.000 personas murieron o desaparecieron en 2024 intentando llegar a España. La mayoría en este océano”. Y ha compartido la reflexión que se repite en cada operación de recuperación de cuerpos: “Cada vez que recuperamos un cuerpo, la pregunta es siempre la misma: ¿Cómo hemos permitido, como continente, que la única posibilidad de protección sobre miles de personas sea subirse a un cayuco y confiar en la suerte?”.

En su análisis, el mar “no es el que tiene la culpa” de estas tragedias, porque “lo que mata no es el oleaje, sino la falta de alternativas, mientras esa falta de alternativas es una decisión política europea”. Ha criticado que la Unión Europea continúe tratando a Canarias como si el archipiélago “fuera un margen geográfico”, al tiempo que se beneficia de la “estabilidad” que aporta a sus fronteras. Pese a ello, ha reconocido que las islas han demostrado “una capacidad de adaptación extraordinaria”.

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