La presidenta del Parlamento de Cantabria, María José González Revuelta, ha planteado ante el Grupo de Montaña de la Conferencia de Asambleas Legislativas Regionales de Europa (CALRE) las dificultades y desigualdades que enfrenta esta comunidad autónoma como consecuencia tanto de sus características geográficas como de las dinámicas demográficas, sociales y económicas de las zonas de montaña en el interior de la región.
En esta reunión telemática del Grupo de trabajo ‘Problemas de las zonas de Montaña y del Interior’ –coordinada por el italiano Roberto Paccher, presidente del Consejo Regional del Trentino-Alto Adigio–, González Revuelta ha dicho que Cantabria necesita hacer más atractivas las zonas de montaña para jóvenes y empresas y una mayor ‘acción positiva’ de la UE, junto a una financiación europea de la inclusión en movilidad, conectividad y vivienda.
Junto a ella han participado en el encuentro han representantes de la Asamblea de la Comunidad de Madrid –como únicas instituciones españolas–, presidentes y delegados de las regiones europeas de Bruselas (Bélgica), Baviera y Turingia (Alemania), Emilia-Romaña, Toscana, Trentino-Alto Adigio y Lombardía (Italia).
En su intervención, la presidenta del Parlamento regional ha explicado cómo Cantabria, con 5.300 kilómetros cuadrados de extensión –en torno a 1% del territorio de España– y 593.000 habitantes –el 1,2% de la población nacional– afronta retos específicos en más de dos tercios de su territorio, situado en espacios de media y alta montaña.
Entre los problemas más acuciantes ha destacado el despoblamiento, con 41 de los 102 municipios en situación de riesgo demográfico –13 en riesgo grave–, y un notable envejecimiento de la población, más acentuado en las comunidades de montaña, donde el 33% de los habitantes supera 64 años, frente al 22% en el conjunto de la comunidad autónoma.
Y ha advertido que está situación conlleva «dificultades de producción agraria o de emprendimiento en otros sectores, lejanía de servicios públicos, (tele) comunicaciones deficientes y carestía de la vivienda». Además, «existe un exceso de burocracia en la protección de los valores del territorio, sin compensación», ha añadido.
Frente a esta situación, ha abogado por políticas que favorezcan la revitalización de las zonas de montaña. «Cantabria considera necesario hacer más atractivas las zonas de montaña para jóvenes y empresas y una mayor acción positiva de la UE, junto a una financiación europea de la inclusión en movilidad, conectividad y vivienda», ha subrayado González Revuelta.
En el marco de la CALRE 2025, Cantabria pone así de manifiesto ante las comunidades regionales europeas y las instituciones la importancia de dar una respuesta integral al reto demográfico, de reducir desigualdades, de vertebrar el territorio y de garantizar así el futuro de las comunidades de montaña en toda la Unión Europea.