La vicepresidenta segunda de la Mesa de las Cortes y procuradora del PSOE por Zamora, Ana Sánchez, puso este miércoles punto final a su etapa como parlamentaria autonómica en Castilla y León, cargo al que accedió por primera vez en la VI Legislatura, entre 2003 y 2007, y al que regresó en 2015. En su adiós, dejó claro que seguirá pendiente de cuanto suceda en la Comunidad y, en particular, en su provincia, y resumió su experiencia con una idea central: “A la política no puede faltarle humanidad”.
“Para estar y hacer buena política hay que ser buenas personas”, subrayó Ana Sánchez, que empleó sus últimas palabras en el hemiciclo como representante socialista por Zamora para desear a todos los procuradores que actúen como “buenas personas” y ejerzan una representación digna de los ciudadanos de Castilla y León. “Merece mucho la pena”, insistió la dirigente zamorana.
La parlamentaria tomó la palabra justo antes de iniciarse el debate de las proposiciones no de ley del último pleno del periodo de sesiones y de la legislatura, momento que aprovechó para formalizar su despedida. Recordó que ha desempeñado su labor como procuradora por Zamora “con alma viriata” y “como un torbellino de vehemencia” en los primeros años, según reconoció ella misma.
La vicepresidenta segunda de la Mesa explicó que en las Cortes de Castilla y León ha aprendido el verdadero significado del respeto al adversario, la cortesía parlamentaria y, sobre todo, la consideración hacia las ideas ajenas, “incluso las que están en las antípodas”. “De todos ellos, sin excepción, aprendí”, afirmó Ana Sánchez, que tuvo también un recuerdo emocionado para los procuradores fallecidos en los últimos años.
Durante su intervención, dedicó un agradecimiento especial a sus referentes políticos. Mencionó a Ángel Villalba, por haberle abierto la puerta de la vida política; a Luis Tudanca, presente en el pleno, a quien citó al reiterar que para hacer buena política es imprescindible ser buenas personas; y a Demetrio Madrid, de quien evocó su máxima de que lo que sucede en Castilla y León “nunca nos es ajeno”.
“Desde mi nuevo compromiso ciudadano, ajeno a la vida pública de momento, nunca, nada de lo que pasa en Castilla y León, y especialmente en mi Zamora, me resultará ajeno”, prometió la ya exprocuradora, dejando claro que seguirá vinculada a la realidad de su tierra aunque fuera de los cargos institucionales.
En la recta final de su discurso, reivindicó el orgullo de haber representado a su provincia. “He sido parlamentaria por Zamora y este ha sido y será para mí mi mayor e inmenso orgullo, ser la voz de mis vecinos”, remarcó Ana Sánchez, que aseguró que jamás perdió de vista que su obligación principal era con los zamoranos, “a quienes debía rendir cuentas”. “He tratado con humildad de serles útil, de traer su voz de forma constante a esta Cámara y dejarme el alma en cada iniciativa, en cada propuesta”, concluyó.