El presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, ha aprovechado la clausura del último Pleno de la legislatura para pronunciar un discurso de despedida ante el Hemiciclo, en el que ha subrayado el “inmenso honor” que para él ha supuesto ejercer la Presidencia. “He intentado ser el presidente de todos”, ha indicado ante los procuradores.
En su alocución final, Pollán ha reiterado que la “puerta” de su despacho continuará abierta para todos los parlamentarios y empleados de la Cámara, “a nivel profesional, a nivel personal o simplemente para tomar un café”, dejando claro que seguirá disponible para quienes lo necesiten.
Tras casi cuatro años al frente de la institución, ha expresado su agradecimiento a todo el personal de la casa —funcionarios, servicios de mantenimiento, empleados de cafetería y ujieres— a quienes ha definido como los “verdaderamente imprescindibles”. También ha hecho extensivo este reconocimiento a los miembros de la Mesa y a los letrados de la Cámara.
El presidente ha dedicado unas palabras especiales al miembro de la Mesa, el socialista Diego Moreno, ausente en los últimos plenos por motivos personales. En su repaso de agradecimientos, ha recordado igualmente a los procuradores fallecidos durante la legislatura, ha mencionado uno por uno a los integrantes de su gabinete y al director de la Fundación de Castilla y León, Juan Zapatero, y ha subrayado que “nada de todo esto” habría sido posible sin su apoyo, trasladándoles su gratitud “con mayúsculas”.
Pollán ha tenido también un gesto de reconocimiento hacia el presidente y los consejeros del Ejecutivo autonómico por el trato “respetuoso y cordial” dispensado “tanto en la primera parte de la legislatura como en la parte final”, confiando en que ellos compartan “el mismo pensamiento” sobre su etapa al frente de la Presidencia.
Al rememorar su llegada al cargo, ha señalado que entonces se comprometió a mantener siempre abierta la puerta de su despacho “para todo el mundo”, un compromiso que considera cumplido, ya que no cree “que haya nadie que haya querido hablar” con él y no haya tenido la oportunidad de hacerlo.
“He intentado ser el presidente de todos ustedes, de todos los parlamentarios”, ha reiterado, admitiendo que en este tiempo habrá cometido errores y generado dificultades, aunque ha precisado que “nunca han sido con mala intención ni con un interés distinto del de un simple error”. Asimismo, ha querido reconocer el respaldo de su partido y de quienes le confiaron “esta enorme responsabilidad”, que ha procurado ejercer “lo mejor” que ha sabido.
En la parte final de su intervención, Pollán ha apelado a su experiencia personal para pedir a sus señorías que no “prejuzguen a las personas antes de conocerlas”, al margen de las siglas o ideologías que representen.
“Ha sido un honor inmenso ser el presidente de esta Cámara en esta legislatura”, ha concluido, recibiendo el aplauso del conjunto de los parlamentarios presentes en el salón de plenos.