Karina Gibert, destacada en el campo de la informática y la Inteligencia Artificial (IA), ha expresado su gratitud hacia el Parlament por la ‘valentía de poner tecnología y feminismo en el pedestal’, motivo por el cual le fue otorgada la Medalla de Honor en categoría de oro de la institución catalana.
La ceremonia de entrega se llevó a cabo en el auditorio del Parlament este miércoles, iniciando con un minuto de silencio para conmemorar el primer aniversario de la dana. Durante el evento, también se homenajeó a la Federació d’Ateneus de Catalunya y, de manera póstuma, a los activistas sociales Josep Gassó y Enric Morist.
En su discurso, Gibert subrayó el simbolismo del galardón, destacando el ‘papel de las mujeres tecnólogas como eslabón para la transformación’ de nuestra era. Rememoró sus humildes comienzos en provincias, su arranque profesional sin un ordenador personal y su progreso gracias a una beca del Ministerio, enfatizando que ‘Nadie se debe empequeñecer si no lo tiene fácil, como tantas mujeres, para hacer estancias internacionales. No ir a Oxford o a Stanford no impide hoy en día desarrollar una sólida carrera’.
Josep Morella, presidente de la Federació d’Ateneus de Catalunya, describió estos espacios como catalizadores de transformación y cohesión social, y destacó su capacidad de adaptación a través de conflictos y crisis, proclamando que ‘Son un modelo de resiliencia. Han sabido adaptarse a los tiempos, pese a guerras, dictaduras y crisis’.
Anna Romeu, esposa de Josep Gassó, emocionada, recogió la medalla en nombre de su marido y sus hijos, destacando que el premio representa un tributo a los valores y el legado perdurable de Gassó en Catalunya. ‘Creyó en los niños y jóvenes como protagonistas del cambio, en la educación del ocio como herramienta de transformación social y convivencia, y en el poder de las comunidades para construir un mundo más justo, más inclusivo y más sostenible’, señaló.
Elisa Martínez, viuda de Enric Morist, también recibió la medalla junto a sus hijos, resaltando la falta que hace Morist por su creencia en la bondad intrínseca de las personas y en que ‘todos merecemos una oportunidad, en nuestras manos está aprovecharla o no’.
Finalmente, Josep Rull, presidente del Parlament, resaltó el catalanismo y el humanismo como vínculos entre la institución y los premiados, y valoró la contribución de Gibert y su ‘aproximación a la tecnología con ojos de mujer’, advirtiendo que el futuro de la IA podría ser tanto positivo como negativo, dependiendo de quién tenga el control.
Rull describió a Gassó y Morist como ‘sembradores de esperanza colectiva, militantes de la esperanza’, y destacó su lucha por la dignidad humana y contra los estereotipos deshumanizadores.
















