Salvador Illa, presidente de la Generalitat, ha defendido la efectividad de la ley de vivienda en Catalunya, destacando un descenso en los precios de los alquileres: “La ley de la vivienda funciona. En Catalunya funciona bien. El precio de alquiler se ha contenido y está bajando. En Barcelona, un 4,9%”.
Estas declaraciones se han producido durante la sesión de control al Govern en el Parlament, en respuesta a Alejandro Fernández, líder del PP de Catalunya. Illa ha reconocido no estar completamente satisfecho con los resultados actuales y ha admitido que hay “mucho espacio de mejora”.
El presidente ha criticado los “informes financiados por según quién”, que cuestionan la efectividad de la ley, pero reafirma su compromiso de seguir implementando medidas para fomentar la construcción de vivienda protegida y la intervención en el mercado.
ALEJANDRO FERNÁNDEZ
Por otro lado, Fernández ha criticado las políticas de vivienda actuales, argumentando que han deteriorado el mercado: “El precio del alquiler ha subido casi un 4% y los contratos en el último año se han desplomado un 15%”. También ha cuestionado las políticas de reserva del 30% para vivienda asequible y la limitación de precios en los nuevos arrendamientos.
RENTABILIDAD
Frente a las críticas, Illa ha comparado la situación de España con otros países donde la izquierda no gobierna, mencionando que el acceso a la vivienda es un problema global. Ha advertido a los inversores interesados en altas rentabilidades que busquen otros mercados fuera de la vivienda: “¿Usted quiere hacer negocio, quiere ganar mucho dinero? ¿No le basta con una rentabilidad del 10%? ¿Quiere una del 15, quiere una del 20? Pues vaya a otro sitio. Mire, la bolsa está subiendo mucho. Pero no lo haga con la vivienda”.
IGNACIO GARRIGA
Ignacio Garriga, líder de Vox en Catalunya, ha lamentado la situación de inseguridad en algunos barrios, atribuyéndola a políticas de la izquierda. A lo que Illa ha respondido que su gobierno se involucra directamente en los barrios para mejorarlos, a diferencia de lo que sugiere la crítica de Garriga.
