En un contexto global marcado por la hiperconectividad, la inteligencia artificial generativa, el Internet de las Cosas (IoT) o la computación en la nube, la digitalización se ha consolidado como un eje estructural de transformación económica y social. España, según los datos del Índice Europeo de Innovación de 2025 (EIS, por sus siglas en inglés), presenta un desempeño destacado en ámbitos como la venta de innovaciones en el mercado o el porcentaje de personas con competencias digitales por encima de las básicas, aunque aún persisten retos para consolidarse entre los países más avanzados de Europa. En este escenario, el retail textil —y en particular las empresas que forman parte de ARTE, Asociación del Retail Textil de España— ha emergido como un referente en la integración de soluciones digitales y en la adaptación de su capital humano a esta nueva realidad.
El comercio de moda ha demostrado una notable capacidad de adaptación, incorporando tecnologías digitales tanto en sus procesos productivos como comerciales. La inteligencia artificial, por ejemplo, ya se aplica en el diseño de productos, automatizando tareas creativas y generando inspiración, mientras que en el ámbito comercial permite personalizar la experiencia del cliente mediante recomendaciones basadas en algoritmos. Esta transformación ha sido posible gracias a una inversión decidida: el sector destina un 14% de su valor económico a activos tecnológicos, frente al 10% del comercio en general.
Pero el verdadero motor de esta transformación está siendo el capital humano. Actualmente, el 14,5% del empleo en estas compañías presenta una alta intensidad digital, y más del 10% de sus trabajadores son especialistas digitales, cifras que superan ampliamente la media del comercio minorista. Sin embargo, estas cifras no reflejan únicamente a los perfiles más técnicos: en realidad, todos los puestos de trabajo del sector requieren, en mayor o menor medida, la utilización de herramientas y conocimientos digitales. En este sentido, las competencias digitales representan, en promedio, el 39% del total de habilidades asociadas a las ocupaciones del comercio de moda. Estas competencias abarcan desde capacidades transversales comunes a múltiples sectores hasta habilidades específicas vinculadas a las particularidades del retail textil, como el uso de software para la gestión de clientes, plataformas de comercio electrónico o herramientas de compras digitales.
Además, las empresas del sector han situado la formación en competencias digitales como una prioridad estratégica. Con este propósito, están impulsando programas formativos internos adaptados a distintos niveles y áreas, con especial atención al uso de la Inteligencia Artificial generativa en ámbitos como la producción visual, la gestión comercial o el cumplimiento normativo. Esta apuesta se complementa con la promoción de una cultura digital compartida, que busca reforzar la ciberseguridad y el uso ético de las tecnologías. Para fomentar el uso responsable de las herramientas digitales se están desarrollando iniciativas de sensibilización de los equipos, con especial atención a la protección de datos y la privacidad.
Si bien la digitalización del retail textil es un proceso que apenas ha comenzado, las principales empresas del sector anticipan una evolución significativa en la composición y especialización de sus perfiles profesionales. Las previsiones apuntan a un incremento del 50% en el desarrollo de habilidades digitales de su plantilla actual durante los próximos años, así como a la incorporación de nuevos perfiles tecnológicos todavía inéditos en su capital humano actual. Esta transformación no solo supone una redefinición de las tareas que se desarrollan en la distribución comercial de moda, sino que abre la puerta a nuevas oportunidades laborales y a un empleo más cualificado y sostenible en este sector.
El retail textil no solo está liderando la digitalización del comercio, sino que está apostando por un modelo de transformación tecnológica que pone en el centro a las personas. En definitiva, se trata de construir una revolución digital compatible con el mantenimiento de empleo de calidad, el desarrollo del talento y el crecimiento sostenible.
