INVI nace hace siete años, de la mano de Marius Soler, que no encontró información –ni siquiera en inglés– cuando fue diagnosticado. El objetivo, desde el principio, fue dar soporte y documentación a los pacientes y la asociación ha seguido creciendo desde entonces.
Víctor llega 15 años en el movimiento asociativo de pacientes y considera que, en este tiempo, las organizaciones han cambiado poco, aunque se les escucha más en determinados foros. El motivo es que es complicado para los pacientes involucrarse, a causa de la enfermedad. El reto, en su opinión, es que haya más pacientes y que estén más formados e implicados.
Una de las principales reivindicaciones de INVI es que el cáncer de mama en hombres es diferente al de mujeres y precisa de investigación específica, con nuevas líneas de investigación para desarrollar tratamientos individualizados.
Recientemente, INVI han renovado su junta directiva, con el reto de dar sostenibilidad a la asociación.
En su opinión, el momento del diagnóstico es el más complicado de la enfermedad, por lo que aconseja que el paciente busque una organización centrada en su patología que le aconseje bien, confiando en el profesional sanitario y en fuentes fiables.
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