Tras los diferentes comunicados aparecidos la semana pasada mostrando rechazo al Anteproyecto de Ley de los Medicamentos y Productos Sanitarios -por parte de entidades como Farmaindustria, AESEG, BIOSIM o CGCOF-, se ha celebrado esta mañana una rueda de prensa en el Ministerio de Sanidad. Javier Padilla, secretario de Estado del ministerio y César Hernández, director general de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, han insistido en que se sigue negociando y que la normativa consolida la estrategia de la industria farmacéutica y el liderazgo de España en este ámbito.
El motivo de las críticas de las citadas entidades se ha centrado en el sistema de regulación de precios de los medicamentos fuera de patente propuesto por el ministerio, considerando que podía llegar a poner en riesgo tanto al abastecimiento de medicamentos como al tejido industrial farmacéutico español.
Padilla ha insistido en que uno de los objetivos, además de actualizar la norma “y alinearla con los objetivos europeos”, es aumentar la competitividad “en la franja del ciclo de vida del medicamento en la que hay competencia”, así como lograr una bajada de precios de genéricos y biosimilares que nos acerque a otros países de nuestro entorno.
Por otro lado, se pretende aumentar la autonomía estratégica, proteger al sistema de posibles problemas de suministro de fármacos con pocos fabricantes y comercializadores, junto a diferentes aspectos referidos a los profesionales involucrados en la prescripción y la dispensación, como enfermería y fisioterapia.
«La ley es uno de los hitos principales de la Estrategia de la Industria Farmacéutica. Absolutamente todos sus elementos cuadran con esta Estrategia, que habla, en primer lugar, de inducir una mayor competencia en el ámbito de la entrada de genéricos y biosimilares. En segundo término, de la posibilidad de generar una diferenciación de precio dentro y fuera de la horquilla de los precios de referencia. Y, por último, de crear horquillas de precios de referencia y que no sea el precio más bajo el que establezca ese precio de referencia», ha insistido Padilla, recalcando que la ley está compuesta por 146 artículos y 22 disposiciones adicionales “y sólo un artículo es el elemento de controversia, lo que es una buena noticia”.
Alineado con la industria
Hernández ha coincidido en que el anteproyecto de ley es coherente con la Estrategia de la Industria. «Contamos con una penetración de genéricos y biosimilares más baja que otros países de Europa, y eso hace que los laboratorios de genéricos y biosimilares tengan poco volumen. Por eso, pese a que la gente crea lo contrario, tenemos precios más altos que la media en Europa. Nuestro sistema no genera esa competencia cuando acaba la patente, porque la competencia no es espontánea”, ha explicado, subrayando que no se quieren implantar una competencia de precios, “sino de recuperación de precios. El sistema de precios seleccionados «no es un sistema para mantener los precios siempre bajos, y no busca necesariamente el precio más bajo».
Desde su punto de vista, hay dos ventajas en el sistema. El primero es que es más flexible que el actual y, en segundo término, permite acometer la innovación incremental, “cuando un pequeño cambio en el medicamento supone una mejora, aunque no sea tanto como un producto nuevo».
Además, ha considerado que el nuevo sistema favorece la posibilidad de que se tengan en cuenta otros aspectos, además del precio, a la hora de si un operador que está en ventaja decide suprimir un producto, protegiendo “mejor” a la industria nacional y europea y al suministro continuo, con la prescripción por principio activo como «seguridad» para el paciente.
Incentivar la competencia
Padilla ha respondido a las alusiones de que el sistema sea una subasta, alegando que no pueden incluirse “marcos pasados en realidades presentes. La parte relacionada con el sistema de precios seleccionados es para incentivar la competencia en los precios altos, no en los medicamentos que se podrían beneficiar de la subida de precios. No se puede agitar la bandera del desabastecimiento, estamos hablando de distintos ciclos de vida del medicamento», ha argumentado.
César Hernández ha añadido que va a ser una solución potencial “para los problemas de suministro que tenemos». Según su criterio, el temor de la industria “es a quedarse fuera, ante ofertas ciegas. Es algo que, no obstante, se tiene que desarrollar en un Real Decreto”. La idea, como ha avanzado “es garantizar la competencia que se precisa en el mercado de genéricos y biosimilares» para que ofrezcan precios más bajos y para que así la incorporación de la innovación “sea más dinámica”.