A distintos tiempos de palabra y discriminación temática en comisiones, mismos salarios

Tercera y última entrega de la serie que analiza la situación de las parlamentarias en el Congreso y el Senado. En esta ocasión se estudia el impacto salarial que tienen los repartos de roles y tareas por parte de las direcciones de los grupos parlamentarios

Tras mostrar la brecha de género en los turnos de palabra y la segregación horizontal en el reparto por áreas temáticas en las comisiones, Demócrata analiza las asignaciones económicas en las Cortes Generales. A ese respecto, en el conjunto de cada uno de los hemiciclos no habría grandes diferencias entre lo que perciben las parlamentarias y sus homólogos masculinos. Las diputadas ganarían de media casi un 4% más que sus colegas y las senadoras un 2,7% menos, según el análisis de este diario de los complementos mensuales a los que tiene derecho cada señoría en función de los cargos que desempeñe.

Las cifras anteriores hay que tomarlas con precaución. Los sueldos de quienes presiden las cámaras son muy elevados en comparación con los del resto de legisladores, por lo que han sido excluidos para este trabajo. El resto de los datos están tomados a 20 de abril de 2023 [Ver metodología al final del artículo].

La elección del PSOE de poner a una mujer al frente del Congreso de los Diputados es la que decanta la balanza salarial en favor de las féminas por los hasta 11.772 euros mensuales que podría ingresar Meritxell Batet. Algo similar sucede con el Senado y los 10.155 euros del también socialista Ander Gil. Una vez descartadas las dos presidencias, la foto cambia de signos:  las diputadas perciben un 1,2% menos de media y las senadoras estarían un 1,1% mejor pagadas.

Sin embargo, cuando se desciende a nivel de grupos parlamentarios sí afloran auténticas brechas salariales de género. ¿El motivo? La concentración de una mayoría de los sueldos altos en uno de los dos sexos. Es lo que sucede con los grupos de Vox, el Confederal de Unidas Podemos y el del PNV en la Cámara Baja o las bancadas de PP, ERC y de nuevo los nacionalistas vascos en la Cámara Alta.

Qué cobran sus señorías

Los ingresos de senadores y diputados se calculan a partir de varios conceptos. Todos perciben una cantidad fija denominada asignación constitucional, de algo más de 3.100 euros, en 14 pagas. A ella se suma otra cuantía en concepto de indemnización, para “afrontar los gastos que les origine la actividad de la Cámara”, de  algo más de 950 euros si se tiene acta por la provincia de Madrid y que supera los 2.000 euros para los representantes de los resto de circunscripciones, tal y como se explica en el régimen económico  y de ayudas del Congreso y en el del Senado, cantidades. Esta segunda partida, no se considera salario y por tanto no tributa.

GASTOS EXENTOS DE IRPF

La indemnización, contemplada en los artículos 23.1 del Reglamento del Senado y el 8.2 de Reglamento del Congreso, se considera una cantidad destinada a cubrir gastos y por ese motivo queda exenta de tributación, alrededor de entre 13.400 y hasta 28.518 euros anuales que no computan a efectos de IRPF, como recoge el artículo 17.2 b) de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

En total, un escaño en las Cortes garantiza unos ingresos mínimos anuales de 58.030 o 72.953 euros en el caso del Senado y de entre 57.199 y 71.897 euros al año si se trata de diputados, según los cálculos de Demócrata (ninguna de las cámaras publica los sueldos exactos de sus miembros). Los montos anteriores se pueden incrementar con los denominados complementos por razón del cargo, una serie de pluses (también en 14 pagas) a sumar según los puestos que cada cual ocupe dentro de los diferentes órganos: Mesa, Junta de Portavoces y comisiones, y que pueden llegar a suponer un incremento adicional de hasta un 50% en la nómina.

Al ser las direcciones de los grupos parlamentarios las que reparten y asignan funciones a cada uno de los miembros de sus filas, el estudio de esos complementos es el que puede ser revelador de ciertas dinámicas de poder entre las filas de las diferentes formaciones.

Solo tres parlamentarios sin complementos

De un primer vistazo, se encuentra la paradoja aparente de que cuantos más representantes tiene un grupo, menores son los salarios medios. Dicho de otra forma, a mayor representación, hay más probabilidad de que te asignen un cargo dotado de un complemento de los de menor cuantía.

La explicación es sencilla. Si bien los grupos grandes tienen una mayor cantidad de pluses para portavoces, presidentes y vicepresidentes de comisión —los mejor pagados después de los de los miembros de la Mesa y la Junta de Portavoces de cada una de las cámaras—, hay un punto en el que esos complementos ya no alcanzan para todos y los únicos que quedan son los de secretaría o portavocía adjunta en comisión (menos de 800 euros mensuales).

Ese es un problema que no tienen en los grupos más reducidos, ante la existencia de más de una treintena de comisiones en cada institución y al menos una portavocía garantizada en cada una de ellas (entre 1.163-1.180 €/mes adicionales).

Pese a todo, es muy raro que alguna de las 614 señorías que ahora forman las Cortes Generales se queden sin al menos un plus salarial. Solo hay tres casos en estos momentos. Se trata de Pablo Cambronero, elegido en las listas de Ciudadanos, pero que dejó el grupo y mantiene su acta de diputado dentro del Grupo Mixto; y de los presidentes de Vox, Santiago Abascal, y del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. En el caso de los dos últimos, más allá de los debates que se celebran en los plenos, ninguno participa de forma permanente en comisiones u otro órgano, por lo que no tienen derecho a complementos.

LOS OTROS CEROS

Cuando un miembro del Gobierno tiene acta de diputado (o de senador, si se diera el caso), la retribución como integrante del Ejecutivo es incompatible con cualquier otra percepción salarial. Sí pueden ingresar cada mes, si no han indicado a la Cámara lo contrario, la indemnización de hasta algo más de 2.000 euros por no ser considerada un sueldo.

De esta forma, los actuales diputados Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, María Jesús Montero, Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Garzón, Héctor Gómez y Rafael Simancas no tendrían derecho a recibir complemento alguno si tuvieran cargo en comisión. Por ello, a efectos del análisis, también han quedado excluidos.

Unidas Podemos, un grupo paritario con brecha salarial

Dado que los complementos más numerosos son los de alrededor de 1.160 euros, lo que determine si existe brecha salarial (y el grado de la misma) será el acceso por sexos a los cargos en las Mesas de las cámaras, en la Junta de Portavoces y, en menor medida, a las presidencias de comisión.

Dentro de los principales grupos en el Congreso, la situación más llamativa se da en las filas del Confederal de Unidas Podemos, donde se encuentran una vicepresidenta del Gobierno (Yolanda Díaz), la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales (Ione Belarra) o la ministra de Igualdad (Irene Montero). En uno de los grupos con mayor proporción de mujeres se da una de las grandes brechas salariales de género: ellas reciben de media un 23% menos en complementos.

¿El motivo? El reparto de los puestos mejor pagados dentro del grupo. Ellos tienen dos de los tres puestos en la Mesa, la portavocía parlamentaria (Pablo Echenique) y dos de las tres portavocías adjuntas, así como tres de las seis presidencias de comisión que tienen asignadas. Dentro del 20% de los diputados de UP que más gana por complementos, solo hay una mujer: la vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo. También es mujer la persona del grupo con menores ingresos por cargo: Mercedes Pérez Merino, que entró a la cámara en sustitución de Pablo Iglesias y tiene un puesto de secretaria en la Mesa de la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas.

Los equilibrios del PSOE

En situación similar a la de la diputada de Podemos se encuentran 13 mujeres y 11 hombre del Grupo Parlamentario Socialista. En la bancada del PSOE hay disponibles complementos superiores a 1.000 euros para algo más de un centenar de los 120 miembros que lo integran, a la espera de que elijan a los agraciados para las presidencias de las comisiones Constitucional y del Pacto Toledo, vacantes tras la designación de Héctor Gómez y Magdalena Valerio como ministro de Industria y miembro del Consejo de Estado respectivamente. Descontado el “efecto Batet”, de media, las socialistas quedarían con unos ingresos por complementos un 3% inferiores a los de sus homólogos.

Con unas listas electorales cremallera (donde puesto a puesto se alternan candidatos de cada sexo) y unos grupos parlamentarios paritario (Congreso) y en situación de representación equilibrada en la Cámara Alta (45% de senadoras), el PSOE también ha mantenido los equilibrios en la cuestión retributiva, al menos en lo que la asignación de cargos (y sus correspondientes complementos se refiere). En el Senado, son ellas quienes de media tendrían un 3% más en concepto de pluses por cargos.

PP: “bien” en el Congreso, brecha en el Senado

Dentro de las filas populares en la Cámara Baja, apenas habría un desequilibrio del 1,5% en favor del sector masculino en lo que a complementos se refiere. La diferencia, que es mínima, encierra letra pequeña.

La elección de Ana Pastor para la vicepresidencia de la Mesa y de Carmen Navarro en la secretaría cuarta del mismo órgano sirve para compensar lo que sucede en escalafones inferiores. Mientras que otra mujer, Cuca Gamarra, se hace con otro de los tres mejores complementos por cargo (el de portavoz del grupo), ellos se quedan con las cuatro portavocías adjuntas de la Junta de Portavoces y con seis de las siete presidencias de comisión que corresponden a los populares.

En el Senado, la situación es todavía peor. Por arriba, ellas solo tienen uno de los tres puestos en Mesa (Cristina Ayala, la secretaría cuarta), mientras que la portavocía del grupo es para Javier Maroto y solo hay una mujer entre los cuatro portavoces adjuntos (Amelia Salanueva). La única presidencia de comisión que tienen en la Cámara Alta, la de Presupuestos, es de Carlos Floriano. El reparto de los complementos de menor cuantía tampoco ayuda.

Con 104 integrantes, el Grupo Popular en el Senado no dispone de cargos con derecho a un plus de más de 1.000 euros para todos ellos. De entre la decena de miembros que se tienen que conformar con un complemento de secretaría o viceportavocía de comisión (787 euros/mes) , cinco son mujeres, en un grupo, el del PP, en el que la presencia femenina es de solo un 31% de los escaños.

Brecha de género masculina en Vox

El grupo con menos proporción de mujeres (un 27%), donde apenas protagonizan tres de cada diez intervenciones (28% de los turnos de palabra son para ellas) y en el que la presencia femenina es testimonial dentro de las comisiones relacionadas con las conocidas como carteras de Estado, arroja un balance positivo desde la perspectiva salarial. Ellas perciben, de media, complementos un 11% superiores a los de sus compañeros.

Por un lado, si bien Ignacio Gil Lázaro ocupa el puesto que tienen en la Mesa e Iván Espinosa de los Monteros es el portavoz parlamentario del grupo, Inés Cañizares y Patricia Rueda tienen dos de las tres portavocías adjuntas. Pero lo que sin duda explica el indicador de Vox es lo que sucede en el tramo inferior. De los 8 diputados relegados a un rol de viceportavoz en comisión, solo hay una mujer, a los que se suman los ya citados cero euros del líder del partido, Abascal.

Más País: Errejón acapara los mejores complementos

Por último, entre las formaciones de ámbito nacional, se encuentran los dos diputados de Más País: Íñigo Errejón e Inés Sabanés. Integrados dentro del Grupo Plural, tienen derecho a la presidencia de la Comisión Constitucional, así como a la portavocía o la portavocía adjunta del grupo varios meses al año.

Mientras que en otras formaciones con dos o tres representantes (Coalición Canaria, UPN, CUP o Teruel Existe y Vox en el Senado), los turnos en la Junta de Portavoces se van rotando, en lo que va de legislatura Errejón siempre ha sido la voz de Más País. Por el lado de las comisiones, él es quien ocupa la presidencia de la Constitucional, mientras que Sabanés se encarga de los trabajos (como portavoz) en las de Educación, Transición Ecológica, la Mixta de RTVE y como adscrita a la de Transportes.

En cifras, Sabanés ingresaría 1.163 euros adicionales por mes, por los 1.590 de Errejón, a lo que habría que sumar 2.318 o 2.969 en aquellos meses en los que ejerce cargo dentro de la Junta de Portavoces, unos complementos que pueden llegar a cuadriplicar los percibidos por su compañera de filas.

La dificultad de ser diputada del PNV

Al hecho de que solo un tercio de los seis escaños en la Cámara Baja son de mujeres, hay que sumarle que ninguno de los tres mejores cargos a los que tienen derecho en el Grupo Vasco recaen en ellas. Aitor Esteban (portavoz del grupo), Mikel Legarda (portavoz adjunto) y Joseba Agirretxea (Presidente de la Comisión de Agricultura) ingresan pluses que van desde casi 1.600 euros a algo más de 4.100, por los 1.163 en concepto de portavoces de comisión que reciben Josune Gorospe e Idoia Sagastizabal. Esos desequilibrios también tienen su reflejo en la visibilidad de las diputadas vascas: solo un tercio de las intervenciones en Pleno son suyas, cifra que asciende al 56% en el caso de las comisiones.

Algo diferente es el panorama en el Senado, donde las senadoras del PNV tienen el 70% de las actas. Pese a ello, el puesto mejor pagado vuelve a recaer en un hombre, Imanol Landa, que es secretario en la Mesa de la Cámara Alta, mientras que la portavocía y la portavocía adjunta del grupo tienen voz femenina.

Las senadoras destacan en ERC

Por el lado de ERC, la balanza se inclina ligeramente hacia sus diputadas en lo que a ingresos por complementos de cargo se refiere. El puesto mejor retribuido que tienen, el de portavoz, lo ejerce un hombre (Gabriel Rufián), al igual que dos de las tres presidencias de comisión. Ellas se quedan con las dos portavocías adjuntas del grupo y una presidencia de comisión, la de Derechos de la Infancia y la Adolescencia (en manos de Norma Pujol). En la Cámara Alta, las dos sillas en la Junta tienen nombre de mujer: Mirella Cortès y Sara Bailac, portavoz y portavoz adjunta respectivamente.

METODOLOGÍA: ASÍ SE HIZO ESTA INFORMACIÓN

Para analizar una eventual brecha de género en las Cortes Generales se ha optado por seleccionar los complementos por razón de cargo que recibe cada señoría. La asignación fija constitucional es igual para todos los parlamentarios y la indemnización en concepto de gastos depende de la circunscripción por la que se presenten. Aunque las listas las elaboran las direcciones de los partidos, en la mayoría de los casos hay un vínculo grande entre el representante y el territorio al que representa. 

Sin embargo, los complementos por razón de cargo obedecen a la ordenación interna del trabajo dentro de cada grupo. Así, la dirección de cada partido decide qué roles asigna y en qué órganos a cada miembro de sus filas, decisiones que tienen repercusión directa sobre los ingresos de diputados y senadores.

Se han descartado para el análisis los sueldos de las presidencias de ambas cámaras (por ser valores muy atípicos dentro de las distribuciones). Tampoco se incluyen los de los diputados que compaginan el acta con su presencia en el Gobierno. También ha quedado fuera el diputado socialista por Asturias Jesús Ruiz López, que tomó posesión el 18 de abril, en sustitución de María Luisa Carcedo, sin tiempo para integrarse en comisiones a fecha de la recogida de datos de esta información (20 de abril de 2023).

A la hora de calcular las retribuciones por complementos correspondientes a cada señoría se han utilizado las cuantías indicadas por cada cámara en su página web. Para aquellos grupos en los que la función de portavocía y portavocía adjunta en Junta de Portavoces va rotando entre los distintos partidos que lo forman, no se han asignado los complementos correspondientes a los diputados o senadores que actualmente ostentan dichos cargos. Sí se han sumado los complementos en los casos en los que la rotación de cargos no afectan al sexo. Es el caso, por ejemplo, del Grupo Plural de Izquierda Confederal en el Senado, porque aunque cada mes varíen sus sillas en la Junta de Portavoces, todos los senadores ahí integrados son hombres.
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