Feijóo, año uno: así han cambiado los grupos del PP en el Congreso y el Senado

El cambio en la presidencia del partido ha alterado la visibilidad, proyección e incluso las finanzas de no pocos diputados y senadores. Esto es lo que muestra la recopilación y el análisis de ceses, nombramientos y de más de 2.500 intervenciones en Pleno

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (en el centro), posa junto a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del partido, el pasado mes de mayo | PP

Ha pasado un año ya de la proclamación de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Partido Popular. Con su elección, casi por unanimidad en el XX Congreso Nacional del partido, se ponía fin a la enorme crisis vivida en el seno de la formación por el enfrentamiento entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, y que terminó con la salida convulsa del segundo como líder de los populares.

Una vez al frente del PP, el expresidente gallego se tomó tiempo para ir configurando su equipo. No fue hasta finales de mayo, al llegar al Senado, cuando anunció los cambios relativos a los grupos parlamentarios en las Cortes y en el Parlamento Europeo. Aunque pudiera parecer que todo seguía igual tras mantener a los tres portavoces designados por su predecesor, la llegada de Feijóo sí ha alterado la visibilidad, proyección e incluso las finanzas de no pocos diputados y senadores, como se desprende del análisis realizado por Demócrata de ceses y nombramientos, así como de más de 2.500 intervenciones de los legisladores populares en Pleno en esta legislatura.

Una oposición construida desde el Senado

El cambio más evidente se ha vivido en el Senado. Aunque no se puede afirmar que la popularidad de la institución haya crecido entre la ciudadanía en el último año, la decisión del presidente del PP de hacer oposición desde allí junto a buena parte de su núcleo duro ha servido para darle momentos de protagonismo.

Sin posibilidad de acceder a un escaño de diputado hasta las próximas elecciones, Núñez Feijóo optó por la Cámara Alta para su aterrizaje en Madrid. Lo hizo junto a Miguel Tellado, hombre de su confianza en el PP gallego —nombrado vicesecretario de organización territorial del PP nacional— como senadores por designación, una figura que reserva a cada parlamento autonómico la potestad de elegir directamente una cuota de legisladores.

A ellos se unirían, también como designados (por el Parlamento de Andalucía), Elías Bendodo (nuevo coordinador general del partido) y Juan Bravo (responsable de Economía). El presidente reunía así en el Senado al número tres de la formación, y a tres de sus cinco vicesecretarios (el madrileño Pedro Rollán ya tenía escaño).

Las portavocías adjuntas también dan galones dentro del grupo y tienen un complemento retributivo: algo más de 32.200 €/año

Con el Pleno de la Cámara Alta como escenario, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se han enfrentado en siete ocasiones. La primera, con una pregunta en sesión de control, a la que siguieron otras tres, y tres comparecencias solicitadas por el propio Pedro Sánchez para intervenir en el Senado, un formato que le resulta ventajoso, en tanto que el presidente puede hablar sin límite de tiempo y los portavoces de los grupos no: disponen de 15 minutos para el primer turno y cinco para el de réplica. Esta misma semana, el Gobierno ha registrado otra petición de comparecencia. Se espera que se celebre en abril, todavía sin fecha.

Movimientos en Junta de Portavoces

Si en un grupo parlamentario hay un puesto preciado, ese es la portavocía. El cargo implica la confianza del líder del partido, es el de mayor visibilidad mediática y va ligado a un aumento sustancial de la retribución mensual (2.970 euros en el Congreso y 3.014 en el Senado, acumulables a otros complementos por cargos en comisión). Un escalafón por debajo están las portavocías adjuntas, que también traen galones dentro del grupo y el correspondiente complemento económico (un poco más de 2.300 euros)

A finales de mayo, al mismo tiempo que Cuca Gamarra (Congreso), Javier Maroto (Senado) y Dolors Montserrat (Parlamento Europeo) eran ratificados como portavoces, comenzaban los movimientos en los niveles inferiores. En el Congreso, adquirían la condición de portavoces adjuntos en la Junta de Portavoces José Antonio Bermúdez de Castro, Carlos Rojas (ambos ya lo habían sido con Mariano Rajoy) y el diputado por Lugo Jaime de Olano. Por el contrario, José Ignacio Echániz y Macarena Montesinos salían de la Junta. El canario Guillermo Mariscal se ha mantenido, pero perdió la secretaría general del grupo en detrimento de Rojas.

En paralelo, Echániz, exconsejero de Sanidad con Alberto Ruiz Gallardón y con María Dolores de Cospedal, ha sido reubicado en la presidencia de la Comisión de Defensa, movimiento que desde fuera podría interpretarse incluso como un ascenso o gratificación. Los números apuntarían en otra dirección.

Bajo la etapa de Casado, los cargos en el Grupo Popular le generaban un derecho a cobrar complementos por cuantía de 3.480 euros mensuales, cifra que se redujo a 1.590€ tras la llegada de Feijóo, una diferencia que multiplicada por 14 pagas asciende a 26.460 euros anuales. Otro dato elocuente son las intervenciones de José Ignacio Echániz como orador en el Pleno. Hasta el pasado mayo, intervino en 10 sesiones de control, las iniciativas parlamentarias que gozan de mayor visibilidad. Desde entonces, no ha vuelto a hacerlo.

En el caso de Macarena Montesinos, las pérdidas de derechos económicos subirían hasta 32.460 euros por ejercicio, si bien ha mantenido e incluso mejorado el foco en las sesiones de control de los miércoles, aunque se reducen drásticamente sus intervenciones en Pleno para el resto de iniciativas parlamentarias.

Confianza en antiguos líderes autonómicos

El análisis de lo sucedido con la Junta de Portavoces del Senado guarda algunas similitudes con la Cámara Baja, donde veteranía y antiguos liderazgos autonómicos se han combinado con las cuotas gallega y andaluza que han caracterizado hasta ahora al PP de Feijóo.

En la Cámara Alta han ascendido a portavoces adjuntos el expresidente extremeño José Antonio Monago (también es miembro en la dirección nacional del partido), lo que conlleva el derecho a percibir complementos de 25.480 euros anuales al sumar ese puesto a un cargo de vicepresidente en comisión, y el que fuera cuatro veces candidato a la Junta de Andalucía y ex ministro de Trabajo, Javier Arenas, con una mejoría de los complementos anuales de 33.000€ al año.

José Antonio Monago y Javier Arenas, expresidentes del PP de Extremadura y de Andalucía, respectivamente, han recuperado peso en el Senado.

El legislador por Lugo José Manuel Barreiro, que en su día disputó al propio Feijóo el liderazgo del partido en Galicia, se mantiene en el segundo escalafón. La gran novedad en la Junta de Portavoces ha sido la promoción de la navarra Amelia Salanueva, exconsejera autonómica a la que también nombraron secretaria general del Grupo Popular.

Por el lado de las salidas, el extremeño Carlos Floriano, que con el cambio de liderazgo en el PP ha seguido una trayectoria similar a la de Echániz en el Congreso. La pérdida del rango de portavoz adjunto se ha visto compensada con la presidencia de la Comisión de Presupuestos (donde relevó a Monago), pero en el plano económico el cambio le supone perder casi 27.000 euros/año.

Más paralelismos: el de la senadora por Castellón Salomé Pradas, secretaria general del grupo en la etapa de Casado y que, como su compañera de partido y paisana en la Comunidad Valenciana Montesinos, se cae del grupo de portavoces, lo que se traduce en la pérdida de derechos a complementos de 33.000 euros en su retribución anual.

De nuevo, las cifras de actividad en el Pleno son significativas. Salomé Pradas ha pasado de ser la parlamentaria del PP con más intervenciones en sesiones de control (18), por encima incluso de Javier Maroto, a protagonizar tres intercambios durante la era Feijóo. Los destinatarios de sus preguntas también han bajado de rango. Si hasta mayo del año pasado era habitual verla confrontar con las vicepresidentas primeras (Carmen Calvo y luego Nadia Calviño), en sus últimas intervenciones lo ha hecho con Reyes Maroto (Industria), Raquel Sánchez (Transportes) y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

Cambios en la proyección pública: la sesión de control

Si se extiende el análisis de los datos de intervenciones en las cámaras al conjunto del grupo parlamentario aparecen lo que se podría clasificar entre beneficiados y afectados por el cambio de ciclo en el PP, al menos en lo que a visibilidad y proyección pública se refiere. Volviendo a las cifras de las sesiones de control en el Congreso, bien sea por motivos de cambios en la agenda política del partido o por el reparto de juego parlamentario desde la dirección del grupo, se aprecia una caída de la presencia de diputados como Guillermo Mariscal (pasa de 10 intervenciones a tres en la nueva etapa) o Andrés Lorite (Córdoba).

Otros directamente han desaparecido de las sesiones de control como Milagros Marcos (Palencia, portavoz de Agricultura), Ana María Beltrán (presidenta del PP de Navarra hasta finales de 2022) , Agustín Almodóbar u Óscar Clavell (secretario de Educación en la dirección nacional), que todavía no han tenido ocasión de intervenir como sí hicieron en otros momentos de la legislatura.

El otro lado de la moneda lo representan figuras como Carlos Rojas (que incrementa su exposición), Jaime de Olano, Margarita Prohens (candidata a las autonómicas en Baleares) o Carmen Navarro (vicesecretaria nacional de Políticas Sociales y ascendida a la Mesa del Congreso tras la salida de Adolfo Suárez Illana). Una vez más, se puede interpretar en clave gallega lo sucedido con Celso Delgado (Orense) y Marta González (La Coruña), que de no haber intervenido en sesiones de control durante más dos años han pasado a hacerlo en tres ocasiones en los últimos meses.

Más allá de las preguntas al Gobierno para respuesta oral en Pleno, hay un catálogo amplio de iniciativas parlamentarias que requieren de la participación de los diputados en la tribuna de oradores: interpelaciones, mociones, debates de toma en consideración o de enmiendas a la totalidad de iniciativas legislativas…

Todas ellas abren ocasiones de intervenir para representar al grupo. Sin embargo, al contrario de los trabajos de comisión, donde prácticamente hay espacio y oportunidades para todas las señorías, en el Pleno las ocasiones están más limitadas. Subir a la tribuna de oradores depende de la dirección de los grupos parlamentarios.

Intervenciones en Pleno

La comparativa entre las dos etapas de la legislatura indica que figuras como Mª Teresa Angulo, Edurne Uriarte, Sandra Moneo, Beatriz Fanjul o Jaime Mateu han pasado en un año de tener cierta visibilidad en los debates en Pleno a ver su presencia reducida al mínimo. Otras como Elvira Rodríguez , Gabriel Elorriaga (ambos fueron miembros del segundo Gobierno de Aznar) o de nuevo Marta González han ganado presencia.

En el Senado, Asier Antona ha pasado de ser uno de los nombres más repetidos en las sesiones de control a solo poder hacer una pregunta. Al margen de la cuestión dirigida a Félix Bolaños sobre la erupción volcánica en La Palma, el representante canario no ha vuelto a intervenir en Pleno en el último año. Nombres como Ana Camins, Pablo Ruz, Antonio Román o Mercedes Fernández también han desaparecido del control al Gobierno, en un contexto en el que la dirección del grupo ha permitido, en apenas 11 sesiones, preguntar al 35% del grupo al menos una vez.

Por su parte, Maroto, el propio Feijóo, los vicesecretarios del partido Bendodo y Tellado, y la secretaria general del grupo (Salanueva) son los que más han interpelado al Gobierno.

Cuando se considera el resto de participaciones en el Pleno, han visto reducidas sus apariciones como oradores Francisco Javier Lacalle, José Manuel Barreiro, Rubén Moreno, Paloma Sanz, Miguel Lorenzo o María Salom, mientras que han ganado protagonismo otros como el madrileño Jaime de los Santos, Juan José Sanz (Sevilla) o Patricia Rodríguez (Ávila).

El balance legislativo

En lo que a la agenda política se refiere, la era Feijóo no ha supuesto una ruptura abrupta con la de su antecesor. De todas las proposiciones de ley que el Grupo Popular del Congreso ha llevado a Pleno en estos meses para su toma en consideración, solo dos se habían registrado en el último año. El resto pertenecían a la etapa de Pablo Casado o al periodo de interinidad entre uno y otro.

Respecto a la convalidación de Reales Decretos-ley, Feijóo estrenó liderazgo la semana que el Congreso se pronunciaba sobre el paquete de medidas con motivo del estallido de la guerra en Ucrania. El PP terminaría votando en contra al considerar insuficiente el texto para atajar la espiral inflacionaria.

A partir de ese momento, el principal partido de la oposición ha apoyado nueve Reales Decretos-ley (el 56%), se ha abstenido en cuatro (25%) y se ha negado a convalidar otros dos (19%), el último esta misma semana, el de la segunda parte de la reforma de las pensiones. En total, unos números similares a los de su antecesor (la proporción de ‘noes’ es inferior), según datos calculados por Qué hacen lo Diputados-Political Watch.

ASÍ SE HIZO ESTA INFORMACIÓN

Para la obtención de las intervenciones de cada diputado o senador se han identificado todos los expedientes de iniciativas parlamentarias registradas en la XIV Legislatura. 

* Senado: se han recopilado a partir de los órdenes del día de las 67 sesiones plenarias celebradas hasta la fecha (datos a 30 de marzo). 
* Congreso de los Diputados: se han extraído los datos de la página web de cada iniciativa registrada. Los datos de identificación de cada iniciativa (fecha, expediente, órgano y orador) y de las intervenciones en Pleno de cada señoría se han cotejado con los del catálogo audiovisual del sitio web del Congreso.

La métrica "número de veces" o "veces" que ha intervenido un parlamentario en Pleno no es comparable entre las dos cámaras. Su significado y elaboración se explican a continuación.

* Congreso: se refiere a la cantidad de veces que interviene un diputado en el Pleno. Al tener información temporal de cada intervención (duración), se contabiliza toda aquella que se considere significativa: a efectos de recuento se eliminan todas aquellas de duración inferior a un minuto, para no 'adulterar' la métrica. De esta manera quedan fuera intervenciones que por su brevedad, por lo general, se hacen desde el escaño: juramentos, alusiones, aclaraciones y similares.  Se incluyen también las intervenciones en Diputación Permanente al entenderse como el órgano equivalente al Pleno fuera del periodo de sesiones. Si en un de debate se tratan de forma acumulada expedientes de varias iniciativas, la participación de cada orador en el mismo solo se contabiliza como una intervención. Las preguntas en sesión de control no se incluyen aquí al ser tratadas aparte.

* Senado: se refiere a la cantidad de debates o asuntos sobre los que  ha hablado en Pleno una persona. Al no disponer de información temporal que permita cribar como en el caso del Congreso, en cada sesión plenaria, cada debate o asunto tratado se contabiliza como una intervención. Si en un debate un orador tiene derecho a varios turnos de palabra, a efectos de cómputo solo se cuenta como una intervención. Si en un de debate se tratan de forma acumulada expedientes de varias iniciativas, la participación de cada orador en el mismo solo se contabiliza como una intervención. Las preguntas en sesión de control no se incluyen aquí al ser tratadas aparte.

Para las preguntas orales en Pleno (las que se hacen en las conocidas como sesiones de control), se han tenido en cuenta solo aquellas iniciativas tramitadas por completo (las que se han ejecutado en  Pleno). No se contabilizan por tanto preguntas registradas que luego hayan sido retiradas, inadmitidas a trámite, que no se hayan celebrado, se hayan reconvertido en otro tipo de iniciativa o hayan decaído.
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