Tras meses de especulaciones y vaivenes, el Gobierno de Estados Unidos materializaba el miércoles por la noche su plan de aranceles a las exportaciones al país americano. Desde su entrada en vigor, los materiales y productos con destino a EEUU soportarán un coste añadido que la administración de Donald Trump ha fijado teniendo en cuenta la balanza comercial de su país con cada territorio. En el caso, de España, el Ejecutivo estadounidense no ha hecho distinciones entre los Estados miembro de la Unión Europea, por lo que las ventas al exterior se verán afectadas con un tipo general del 20%.
¿Qué peso tiene la economía de EEUU en las relaciones comerciales con España? ¿Cuál es el saldo entre lo que exportamos e importamos? ¿Qué sectores son los que tienen peores perspectivas? ¿Y qué bienes o materias podrían encarecerse si la UE o el Gobierno español deciden responder con aranceles a las importaciones? Demócrata responde a todas estas preguntas sobre el comercio bilateral con Estados Unidos a partir del análisis de los datos de comercio de los más de 13.000 tipos de bienes diferentes declarados ante el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria.
Un saldo negativo de 10.000 millones de euros
Pese a que la administración Trump justifica su política arancelaria en los desequilibrios entre los flujos del comercio de mercancías con respecto al resto del mundo, la realidad es que en el caso español el balance de importaciones y exportaciones arroja un saldo favorable a EEUU. Si bien la balanza comercial siempre ha sido desfavorable a España en lo que llevamos de siglo, en los últimos años el volumen de productos y materias que provienen del otro lado del Atlántico han crecido a mucho más ritmo que las ventas desde España.
El superávit comercial favorable a EEUU se disparó a partir de 2022, con buena parte de las economías mundiales despegando tras la pandemia por covid-19 y tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Las sanciones a la Federación de Rusia y la necesidad de buscar otras fuentes de suministro energético explican en buena parte el saldo negativo para España.
El principal mercado fuera de Europa
¿Y qué peso tiene EEUU en el comercio exterior de mercancías español? Los 18.179 millones de euros en ventas al país estadounidense lo dejan como el sexto mercado internacional, el mayor fuera del continente europeo y el segundo extracomunitario (España exportó bienes por 23.852 millones de euros el año pasado a Reino Unido), según los datos provisionales de 2024 que maneja el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.
De los casi 385.000 millones de euros en bienes exportados en el último año, el volumen de lo comercializado con EEUU representa el 4,73 % total. Por poner en contexto la cifra, la proporción del país norteamericano es tres veces inferior al peso que tiene Francia, primer mercado para España, con unas ventas en 2024 de 57.592 millones (14,98%). Con el mercado común europeo como gran destino de los bienes producidos (casi el 62% del valor total), la relación de principales mercados extracomunitarios la completan Marruecos (12.859 millones de euros), Turquía (algo más de 9.000 millones), China (7.467), México (6.041) y Suiza (5.725), siempre según datos de 2024.
Ojo al aceite de oliva, perfumes, placas cerámicas, plasma sanguíneo, biodiésel o al vino
En el capítulo de las exportaciones, el análisis por tipo de bienes o mercancías revela qué sectores de actividad quedan más expuestos a la guerra comercial desatada por el Gobierno de Estados Unidos.
A la espera de lo que pueda suceder tras próximas negociaciones multilaterales o bilaterales entre la UE o el Ejecutivo español con la Administración Trump, los datos de comercio declarado ante la Agencia Tributaria en el último ejercicio señalan como las industrias más sensibles a las de las máquinas, aparatos mecánicos y a las de aparatos y material eléctrico, por la política arancelaria de EEUU, bien sea por su actividad principal o porque fabrican o manufacturan bienes de equipo. Les siguen, la industria agroalimentaria, las farmacéuticas, las manufacturas usadas para construcción o la industria cosmética.
Un mayor nivel detalle dentro de las rúbricas del Sistema de Clasificación de Productos de la UE (TARIC) permite afinar qué actividades o materias concretas son las más expuestas a la imposición de aranceles.
De este modo se identifican el aceite de oliva, los aceites combustibles (ambos por encima de los mil millones de euros), transformadores y convertidores eléctricos, perfumes y colonias, medicamentos, placas y baldosas de cerámica, turborreactores y turbopropulsores, biodiésel, plasma sanguíneo (sueros con anticuerpos y otros productos inmunológicos), vino y espumosos, manufacturas de cemento y hormigón para construcción, engranajes y componentes para vehículos, bienes de equipo para industria aeronáutica, aceitunas, neumáticos o útiles para construcción.
Más allá de las repercusiones para empresarios y trabajadores de los sectores de actividad afectados por los aranceles, habrá que esperar para ver qué impacto tiene la diplomacia arancelaria en el resto de la ciudadanía. Así, pueden darse situaciones paradójicas en la industria agroalimentaria, con productos como el vino o el aceite de oliva.
Con fuerte arraigo en los hogares españoles, el aceite de oliva viene registrando precios casi prohibitivos en los últimos años. Una eventual caída en su consumo en EEUU, podría llevar a dar salida al excedente de producto en España, con una bajada de los precios de venta en el mercado nacional, al menos mientras se busca reemplazo a la cuota que se pueda perder del mercado estadounidense e incluso del italiano, otro de los grandes compradores a España, que destina buena parte del volumen destinado a la reventa para exportación.
Por otro lado, podrían producirse daños derivados. En una economía globalizada como la actual, una caída en la actividad de ciertas industrias de socios comunitarios que sí tienen gran exposición a la economía norteamericana, como por ejemplo Francia o Alemania, podría traducirse en un menor volumen de exportaciones españolas, sobre todo en sectores que se dedican a la fabricación de componentes industriales.
Importaciones: el elefante en la habitación que golpearía a la ciudadanía
La ausencia (de momento) de respuesta por parte de la UE o el Gobierno de España en forma de imposiciones arancelarias a productos del exterior salva en el más corto plazo de un encarecimiento a las materias provenientes de EEUU. Pero, ¿qué puede suceder si desde Europa se da la batalla en la guerra comercial con impuestos a la importación de bienes desde el país estadounidense?
El principal problema sería el combustible derivados de petróleo (más de 6.000 millones de euros en importaciones en 2024), medicamentos (4.200 millones), gas natural y propano (2.000 millones), sueros con anticuerpos, vacunas y otros productos inmunológicos, turborreactores (sobre todo para industria eólica), aceites combustibles, aviones y aeronaves o Instrumentos y aparatos de medicina, cirugía, odontología o veterinaria.
