Actualizado el 29/05/2023, a las 05:37
Concejales, diputados autonómicos, miembros de cabildo, consejo insular o de Juntas Generales… Son los puestos que estaban en juego en las elecciones del 28 de mayo, todos con sus correspondientes papeletas y urnas en los colegios electorales. De lo que no hubo rastro en los centros de votación fue de la papeleta salmón tamaño folio, con la que se elige a los miembros del Senado en las generales, pese a que tras el 28-M se renovarán uno de cada nueve asientos de la Cámara Alta (casi el 12%).
De los resultados de las 12 autonómicas celebradas el fin de semana depende ahora el color de 31 escaños cuyos titulares no son elegidos directamente por la ciudadanía en las urnas. Se trata de las actas reservadas para los senadores por designación, legisladores escogidos por los plenos de cada asamblea regional a propuesta de los grupos parlamentarios.
Tras las elecciones de ayer, el PSOE perderá al menos dos asientos, aunque paradójicamente, la pérdida de poder en gobiernos autonómicas podría permitirle recuperar otros dos que entregó hace cuatro años en diferentes negociaciones. Mejor le irá al PP, que podrá ampliar su bancada con cinco o seis nuevos sitios, siempre y cuando las actas por designación no terminen siendo moneda de cambio a la hora de atar nuevos gobiernos autonómicos.
Los 265 escaños del Senado
El Senado lo forman en estos momentos 265 escaños. De ellos, 208 representan a las circunscripciones provinciales o insulares (más Ceuta y Melilla) y se eligen en las urnas, mientras que los 57 restantes se eligen por designación en cada uno de los parlamentos territoriales.
En la actualidad, el Grupo Socialista en el Senado cuenta con 113 legisladores: 93 electos y 20 designados. Veinte son también los designados que se integran en el Grupo Popular, donde hay otros 84 electos hasta un total de 104. La diferencia entre ambos es de 9 actas y cada uno de los dos grupos tenía enjuego 11 escaños este domingo.
Los repartos tras el 28-M
De esos 11 que todavía tiene, el PSOE perderá uno en Asturias. Su gran resultado en 2019, unido a la división del voto en el centroderecha, hizo que lograran tal diferencia respecto al PP que la asignación por la regla D’Hondt le otorgó las dos actas de la región. Esta vez las circunstancias no han sido tan favorables y el reparto será de una paralos socialistas y otra para los populares.
En las otras plazas en las que el PSOE logró en 2019 un par de senadores todo dependía de si lograba mantenerse como primera fuerza. El reto más sencillo estaba en Castilla-La Mancha, una de las pocas comunidades en las que han quedado por delante del PP. Más difícil era en la Comunidad Valenciana, donde ser primero prácticamente aseguraba dos escaños. Tras el escrutinio, el PSOE mantendrá sus dos actas, pese a verse superado en las Cortes Valencianas por el PP, que a su vez se apunta otras dos. No obstante, dado el crecimiento de población en la comunidad en los últimos años, tras las próximas generales, la región ganará un senador por designación adicional, que iría a parar a los populares.
EL ESCAÑO 266Tras las elecciones generales de abril de 2016, los servicios jurídicos del Senado determinaron que la Comunidad Valenciana debía perder un representante de designación territorial. La decisión se debía al censo de la región, que por aquellas fechas había caído por debajo de los cinco millones de habitantes, en cumplimiento de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), que en el artículo 165.4 dispone que:"Las CCAA designan además un Senador y otro más para cada millón de habitantes de su respectivo territorio (...)A efectos de dicha designación el número concreto de Senadores que corresponda a cada Comunidad Autónoma se determinará tomando como referencia el censo de población de derecho vigente en el momento de celebrarse las últimas elecciones generales al Senado". Así, el número total de senadores pude variar en función de los cambios de población en las distintas comunidades autónomas. En 2019, año de las últimas generales, los habitantes censados de la Comunidad Valenciana a 1 de enero (fecha que se toma como referencia) seguían por debajo de los 5 millones, una barrera que se ha vuelto a superar en los últimos años.Sin embargo, las Cortes Valencianas no podrán designar un sexto senador hasta que se celebren las próximas generales, previstas para final de este año. Será a partir de ese momento cuando la Comunidad Valenciana podrá recuperar el escaño que perdió hace cuatro años, al inicio de la legislatura autonómica, como confirman desde la secretaría general de Les Corts en respuesta a Demócrata.
En Navarra, Aragón o Islas Baleares, donde también tienen la presidencia, hace cuatro años los socialistas cedieron su puesto a formaciones minoritarias dentro de las negociaciones por formar gobierno (Geroa Bai, el Partido Aragonés y Més por Mallorca, respectivamente). La alternancia de poder se da por hecha en Aragón o Baleares, lo que paradójicamente se traducirá en un par de senadores para los socialistas (y la posible salida de los regionalistas aragoneses y los nacionalistas baleares de la Cámara Alta).
La situación en Navarra es incierta. La presidenta de la comunidad, la socialista María Chivite, está en disposición de repetir el pacto que le llevó al gobierno, por delante de UPN. Los regionalistas navarros han vuelto a ser primera fuerza, pero de nuevo lejos de la mayoría absoluta, una suma que sí puede alcanzar Chivite junto a Geroa Bai (a quien se le concedió el senador por designación hace cuatro años), Contigo-Zurekin (marca de Podemos e IU) y una abstención de EH-Bildu. Está por ver si, en contraprestación, los independentistas vascos exigen al PSOE su apoyo para sacar a UPN de la alcaldía de Pamplona.
Las perspectivas del PP
En la bancada del PP, al ya mencionado por Asturias hay que sumarle los que ganarán tras la victoria en la C. Valenciana. La mayoría absoluta en La Rioja se traducirá en otra acta, de nuevo a costa del PSOE, como en Asturias. En Murcia, los populares cedieron en su día a Cs el acta que les correspondía y está por ver si esa será una de las contraprestaciones a exigir por Vox. Sin embargo, ahora como primera fuerza, el PP no necesita el voto favorable de Vox para una nueva investidura (les vale con su abstención), como sí sucedía en 2019 con los naranjas.
Salvo en casos en los que decida cederlos, el Partido Popular retendría también el escaño que ya tiene en Aragón, el de Canarias, el de Castilla-La Mancha y el de las Islas Baleares. En Madrid, la salida de Unidas Podemos de la Asamblea y la abultada victoria de Isabel Díaz Ayuso permitirían a mantener el reparto de hace dos años, cuando se quedaron con cinco de los siete senadores designados.
La ventaja de Ayuso respecto a sus rivales, la igualdad de PSOE y Más Madrid y un Vox sin grandes resultados hicieron que al aplicarD’Hondt, en 2021, la cuota de asignación les resultara tan beneficiosa. Ahora, la salida de Podemos y el descenso de Vox han hecho que el 47% de voto del PPse traduzca en 72 escaños. De momento solo se sabe la identidad de uno de los cinco nombres que la presidenta madrileña enviará al Senado: el del todavía consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.
Senadores obligados a ser diputados autonómicos
Tal y como establece la Constitución, el desarrollo de la figura del senador por designación ha quedado en manos de las comunidades autónomas. Las normas que la definen son dispares y se reparten entre estatutos de autonomía, los reglamentos de cada cámara y, en varios casos, en leyes autonómicas específicas en las que se suelen indicar las condiciones de elegibilidad o cómo se reparten y eligen los parlamentarios que corresponde a cada asamblea legislativa, siempre dentro del principio de “adecuada representación proporcional”, un marco legal que ha terminado de forjarse a través de la jurisprudencia.
Entre las condiciones específicas establecidas por cada autonomía puede encontrarse la de que entre el conjunto de parlamentarios a designar haya un equilibrio de género (como hacen Andalucía y Canarias), la obligatoriedad de ser residente en la comunidad o la de que para ser senador sea obligatorio tener la condición de diputado autonómico. Este último requisito es obligatorio en Cantabria, Canarias, Extremadura, La Rioja y Madrid,comunidades todas ellas que celebran ahora comicios autonómicos, si bien hay ciertas diferencias entre ellas.
En el caso de la comunidad insular, quienes sean elegidos senadores por el Parlamento de Canarias deberán renunciar acto seguido al acta regional, mientras que en Extremadura se deja elegir si se quiere compatibilizar o no, sin que ello conlleve la pérdida de la condición de senador en el supuesto de que se decida dedicarse al Senado en exclusiva.
Los que se despiden tras el 28-M
Los resultados de ayer y las restricciones ya mencionadas hacen que en las próximas semanas tengan que dejar el Senado al menos seis de los 31 parlamentarios con el escaño en juego. Se trata por un lado, de las senadoras por Madrid María Paloma Adrados y Ana Camins, ambas del Partido Popular. Adrados, que pasó parte de la última legislatura de baja por enfermedad, no figuraba en las listas a la Asamblea, como tampoco lo hacía Camins.
La que fuera secretaria general del PP de Madrid desapareció de la candidatura de Díaz Ayuso y ha sido relegada al tercer puesto de la lista municipal del partido en Majadahonda, donde han logrado la mayoría absoluta.
