Las terminales multipropósito en España, que abarcan desde la gestión de contenedores hasta palas eólicas, manejan ya 276 millones de toneladas anuales, representando la mitad del tráfico de mercancías en los puertos nacionales.
Según el último análisis de Ocean Capital Partners (OCP), con sede en Madrid, la diversificación de actividades en los puertos es crucial para afrontar retos como la incertidumbre geopolítica y los objetivos de descarbonización. El informe resalta que “En un entorno tan cambiante, la capacidad de adaptarse y de ofrecer usos polivalentes se ha convertido en un valor estratégico, tanto dentro de la red española como en el contexto internacional”, destacando como modelo a la Terminal Marítima del Grao de Castellón.
En esta terminal se coordina el manejo de granel sólido y mercancía general bajo un mismo techo, donde además del muelle para la industria cerámica, se incrementa el movimiento de cargas generales para la industria eólica.
Los puertos multipropósito enfrentan desafíos como la gestión de complejidades operativas, la necesidad de equipos versátiles, y cumplir con la regulación y requisitos ambientales. Además, se enfrentan al reto de ser valorados en el mercado, a menudo vistos como menos eficientes que las terminales especializadas, lo que puede desincentivar inversiones.
Para las mercancías, el reto es diseñar instalaciones adaptables a diferentes usos, como la conversión de espacios para operaciones de energía eólica marina o para graneles. En cuanto a pasajeros, se presenta la oportunidad de compartir infraestructuras para tráfico de cruceros y megayates, coordinando servicios para diferentes tipos de clientes. “Las ventajas, sin embargo, son innegables. Este enfoque aporta mayor estabilidad económica, optimiza espacios limitados, atrae a operadores diversificados y facilita la captación de tráficos emergentes. La flexibilidad convierte al puerto en un ecosistema dinámico, capaz de absorber la irregularidad de algunos tráficos y transformar tiempos muertos en oportunidades de negocio. En términos estratégicos, supone diversificar riesgos, ganar resiliencia y alinearse con las grandes tendencias de sostenibilidad y digitalización”, concluye el informe.










