La adopción de la inteligencia artificial como herramienta crucial en las empresas continúa en aumento, siendo que el 88% la incorpora en al menos un área de su estructura, lo cual representa un crecimiento respecto al 78% reportado el año pasado, según el estudio ‘The state of AI in 2025: Agents, innovation, and transformation’ de McKinsey & Company.
Sin embargo, a pesar de estos avances, el desafío de alcanzar una madurez operativa sigue siendo significativo: apenas un tercio de las entidades ha logrado integrar completamente la IA en sus operaciones, mientras que la mayoría todavía se encuentra en etapas de prueba o experimentación.
Las empresas líderes que invierten más del 20% de su presupuesto en tecnología logran triplicar su crecimiento e innovación, y aproximadamente el 39% reconoce que la IA ha tenido algún efecto en su rendimiento operativo (Ebit), aunque este suele ser menor al 5%.
El informe también resalta un interés creciente en los agentes de IA, con un 23% de las empresas escalando su uso en ciertas funciones y un 39% en fase de prueba, aunque sigue siendo una práctica no muy extendida.
Desde 2022, las compañías han comenzado a mitigar una media de cuatro riesgos relacionados con la IA, en comparación con dos en años anteriores, siendo la inexactitud de las respuestas la principal preocupación.
McKinsey enfatiza la importancia de mantener inversiones continuas, establecer una gobernanza efectiva y rediseñar procesos para convertir estos experimentos en impactos tangibles y significativos.