El Banco de España ha emitido una advertencia sobre cómo la desertificación y el incremento en la intensidad y frecuencia de los incendios forestales no solo suponen un peligro climático significativo, sino que también representan riesgos para la economía, el crédito financiero y la estabilidad del sistema financiero.
En un reciente artículo publicado en su blog, el organismo explicó que estos fenómenos naturales afectan la capacidad de las empresas para acceder a financiamiento y la disposición de los bancos para otorgarlo, debido a un incremento en la percepción del riesgo de insolvencia.
«El aumento de la aridez reduce el crédito en los municipios afectados, aunque el impacto tarda años en materializarse», señala el informe, que además especifica que un incremento del uno por ciento en aridez podría reducir el crédito en un 0,25% entre 8 y 20 años más tarde.
El estudio destaca que, en términos sectoriales, la agricultura es la más afectada, mientras que el turismo demuestra una mayor resiliencia en zonas más húmedas.
Respecto a los incendios, el organismo regulador ha notado que estos causan una reducción del 7% en las ventas empresariales y disminuyen el crédito a las empresas impactadas aproximadamente un 6% más en comparación con las que no lo están.
El Banco de España también ha enfatizado que la presencia de bancos locales puede mitigar estos efectos adversos. Gracias a su proximidad y un mejor conocimiento del terreno, estos bancos poseen ‘información blanda’ que les permite mantener los niveles de crédito sin incrementar la morosidad, lo cual ayuda a minimizar el impacto negativo en el empleo de las áreas afectadas.
En conclusión, el Banco de España ha afirmado que el impacto del cambio climático en la economía y la estabilidad financiera «ya es importante»: «Trabajamos para incorporar estos riesgos en nuestro análisis y seguimiento y para que los bancos los internalicen en su comportamiento», subrayó la entidad.