El Consejo Intertextil Español (CIE), representante de la cadena de valor de la industria textil y de la confección en España, ha advertido que el absentismo laboral amenaza la supervivencia de numerosas pequeñas y medianas empresas del sector. Según un informe de la CEOE, se estima que el coste del absentismo ascenderá a más de 32.000 millones de euros para el año 2025.
Adicionalmente, un estudio de Randstad Research destaca que las horas perdidas por esta razón en toda la industria manufacturera han crecido un 40% en los últimos cinco años.
El presidente del CIE, José María Mestres, ha señalado que «si no se facilita un modelo más flexible de reincorporación y seguimiento, muchas pymes industriales no podrán mantener el ritmo de actividad. La normativa actual no se ajusta a la realidad de la producción».
En otro contexto, León Grau, director de Hilaturas Miel y presidente de Aitex, ha comentado que «el absentismo laboral ya no es una incidencia puntual: es el principal problema operativo en muchas empresas del sector».
Por su parte, Selvafil, empresa especializada en hilatura técnica, ha experimentado un promedio de 35 bajas entre octubre de 2024 y junio de 2025, con picos de hasta 50. «Esto afecta a los plazos de entrega y genera una sensación de frustración e indefensión total por parte de la empresa», ha explicado uno de sus responsables, Josep Pujol. Durante el mismo periodo, aunque incorporaron a 240 personas, solo 65 permanecen en la plantilla, lo que para Pujol refleja «falta de compromiso».
Pilar Rubio, directora de Hilaturas J. Rubio, ha expresado preocupación por el envejecimiento de las plantillas y la ausencia de relevo generacional, lo que complica la sustitución en puestos técnicos. Asimismo, Xavier Morera, CEO de Nueva Fabril Sedera, ha apuntado que cambios en la normativa y la nueva percepción del esfuerzo contribuyen al aumento de bajas por problemas emocionales o estrés.
Finalmente, el CIE ha presentado seis propuestas para abordar estos desafíos: revisar los sistemas, gestión y protocolos de baja, potenciar el seguimiento por parte de las mutuas, mejorar el control del fraude, desarrollar protocolos específicos para entornos industriales e incrementar la implicación institucional.