Las compañías estadounidenses que operan en la Unión Europea, representadas por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la UE (AmCham EU), han manifestado su preocupación ante el anuncio de una posible tarifa del 30% a las importaciones europeas a partir del 1 de agosto, señalando que la respuesta mesurada de Bruselas es una señal constructiva que facilita el camino hacia una solución negociada.
En un comunicado, AmCham EU ha indicado que la posible aplicación de un arancel del 30% a las importaciones de la UE desde el próximo 1 de agosto por parte de Estados Unidos podría desencadenar un efecto dominó dañino en diversos sectores económicos tanto de la UE como de EEUU.
Las empresas estadounidenses en la UE subrayan que los aranceles perturban las cadenas de suministro y elevan los costos y la complejidad para las empresas en ambos lados del Atlántico, afectando negativamente su competitividad.
La UE ha decidido retrasar la imposición de contramedidas contra EEUU hasta principios de agosto, lo cual es una señal constructiva, aportando alivio a la industria, ayudando a evitar una mayor escalada y abriendo un espacio para un diálogo continuo.
Así, instan a ambas partes a buscar urgentemente una solución negociada al conflicto en curso con el fin de disminuir las barreras comerciales, dado que la relación económica transatlántica, valorada en 8,7 billones de euros, continúa siendo la más integrada del mundo.
A pesar de las tensiones políticas, la UE y EEUU comparten más prioridades que diferencias, por lo que exhortan a alcanzar una solución permanente al comercio transatlántico que asegure la previsibilidad a largo plazo para las empresas de ambos continentes.