En el cierre del segundo trimestre de 2025, la riqueza financiera neta de los hogares españoles y las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares alcanzó casi los 2,5 billones de euros, experimentando un crecimiento del 9,3% en comparación con el año anterior, de acuerdo con los datos del Banco de España.
La deuda de las familias españolas observó un aumento del 2,5% respecto al año anterior, escalando de 701.000 millones a 719.000 millones de euros. Sin embargo, este incremento no impactó negativamente en su relación con el PIB, que se redujo al 44%, presentando valores que no se veían desde el año 2000.
Los activos financieros netos de los hogares representaron el 152,8% del PIB, incrementándose en 4,9 puntos porcentuales respecto al segundo trimestre de 2024. El total de estos activos ascendió a 3,284 billones de euros, un 7,8% más que el año anterior, impulsado por una revalorización de 155.200 millones y una adquisición neta de activos financieros de 80.200 millones desde finales del segundo trimestre de 2024.
En cuanto a la distribución de los componentes financieros, el efectivo y los depósitos constituyen el 34,4% del total, seguido por las participaciones en el capital con un 31,7%, las participaciones en fondos de inversión con un 16,6% y los seguros y fondos de pensiones con un 11,8%. Las participaciones en el capital y en los fondos de inversión incrementaron su peso en los activos financieros de los hogares, gracias principalmente a su revalorización y a las operaciones realizadas.
BAJA LA DEUDA CONSOLIDADA DE FAMILIAS Y EMPRESAS EN RELACIÓN AL PIB
La deuda consolidada de las empresas y los hogares en España se situó en 1,741 billones de euros durante el segundo trimestre de 2025, marcando un aumento del 2% respecto al año anterior. A pesar de esto, la proporción respecto al PIB continuó su tendencia a la baja, ubicándose en el 106,5%, frente al 110,5% registrado un año antes.