Hacienda está reclamando la devolución a algunos autónomos de la prestación extraordinaria por cese de actividad que recibieron durante la pandemia. Desde las principales asociaciones de autónomos, consultadas por Demócrata, se aclara que únicamente se pide a aquellos trabajadores por cuenta propia que solicitaron la ayuda por baja de facturación (no por cierre del negocio, que era la otra posibilidad) y que no lo han justificado debidamente. En los casos en los que hay algún tipo de divergencia con la Agencia Tributaria, afirman las organizaciones, en la reclamación se está ganando.
Esta prestación (cuya gestión se trasladó a las mutuas) se aprobó en el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19. La podían solicitar los autónomos que tuvieran que cerrar el negocio por la declaración del estado de alarma o cuya facturación del mes cayera un 75% respecto a la media mensual del semestre anterior.
Para solicitarla, en el caso de cese de actividad por fuerza mayor, el autónomo debía presentar una declaración jurada en la que constara la fecha de la producción de la fuerza mayor (declaración del estado de alarma, el 14 de marzo). A estos no se les está exigiendo la devolución.
En el caso de que el derecho a la ayuda emanara de la pérdida de ingresos (que son los que la Agencia Tributaria sí está reclamando, pero solo cuando no se haya justificado correctamente), tenían que aportar copia del libro de registro de facturas emitidas y recibidas; del libro diario de ingresos y gastos; del libro registro de ventas e ingresos; o del libro de compras y gastos. En el caso de los autónomos que no están obligados a llevar los citados documentos de contabilidad, puntualizaron, “se admitirá cualquier medio de prueba admitido en derecho”.
Además, toda solicitud iría acompañada de una declaración jurada en la que se hiciera constar que cumplen todos los requisitos exigidos para causar derecho a esta prestación.
Menos del 3% de los autónomos que la solicitaron
Desde la Federación Nacional de Organizaciones de Trabajadores Autónomos-ATA, cifran en 45.000 el número de autónomos a los que se les ha reclamado la devolución, es decir, tan solo un 3% de todos los trabajadores por cuenta propia que las solicitaron.
De hecho, el porcentaje final será menor, puesto que, de esos 45.000 afectados, hay situaciones en las que existe la posibilidad de ir a la vía judicial, y, en general, subraya la vicepresidenta de ATA, Celia Ferrero, “se está ganando”. En casos, por ejemplo, “en los que había discrepancias de interpretación por pluriactividad o por compatibilizar ser asalariado con autónomo, ha habido cierta complejidad, pero con el recurso se ha resuelto”, asevera.
Respecto a los que no les quedará otra opción que devolver lo percibido, se les están reclamando entre 2.000 y 4.000 euros, y pueden realizar el pago en un plazo máximo de 24 meses, a razón de un mínimo de 100 euros mensuales y sin intereses de demora.
Un 20% del total de las ayudas por pérdida de ingresos
Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), explica que lo que sucedió es que era un momento muy complicado en el que las ayudas tenían que llegar “y no había recursos humanos suficientes en las mutuas –que eran las encargadas de gestionarlo– por lo que se concedieron automáticamente, y luego se revisaron, que es en la fase que todavía estamos ahora”.
En total, detalla el presidente de UPTA, las devoluciones que se reclaman no llegan al 20% de la cantidad total que se otorgó en ayudas por la disminución de los ingresos. Y, como comentaban desde ATA, ni siquiera ese 20% es el total de devoluciones, sino que se refiere a los expedientes abiertos por Hacienda, que, en muchos casos, tienen que ver con que hay que enviar documentación adicional. Cuando sucede eso, reitera Abad, se aporta y normalmente no tienen que devolver el dinero.
El presidente reconoce que “hay muchos autónomos que sabían que esto les podía pasar, porque no cumplían con los requisitos: estaban concebidas para personas en una situación compleja y complicada. Si alguien recibió la ayuda sin necesitarla, creo que es aprovecharse de la situación y tener mucha cara”. Además, hace un matiz importante: “Casi ningún autónomo solicitó la ayuda directamente, sino que fueron las propias gestorías que les llevan las cuentas las que lo hicieron”.
“Se hizo rápido y se legisló mal”
El porcentaje total de reclamaciones, destaca Ferrero, está en torno al 25% o el 30%, y es muy similar al de otros procesos de concesión de ayudas, de hecho, reconoce que pensaban que iba a haber más.
Hay devoluciones que están justificadas, subraya, pero otras “en las que ha habido una mala interpretación de las normas por parte de las mutuas”. Para ella, “el gran problema fue la oleada de legislación por trimestres que hubo durante la pandemia, lo que provoca que haya confusiones con los periodos comparativos”. Se tenía que haber verificado en su momento, deja claro Ferrero, “se hizo muy rápido y se legisló mal”.
También se están encontrando con casos en los que el autónomo o la autónoma no estaba al corriente de pago con la Seguridad Social al pedir la ayuda (que era otro de los requisitos).
La vicepresidenta de ATA reseña que el proceso se complica en el caso de los trabajadores por cuenta propia que declaran por módulos. Cuando sucede eso, “se tributa en función de unos rendimientos preestablecidos. En el sector del taxi o en la hostelería ha habido bastantes problemas con esto”.
También Abad hace hincapié en esta dificultad, aunque sostiene que no es algo indemostrable: “Puedes mostrar facturas de empresas que te administran mercancía y corroborar que las compras de ese producto han bajado. Si no tienes facturas repercutidas, o tienes una bajada muy importante, también lo puedes demostrar”.














