El Banco de la República, autoridad monetaria de Colombia, ha indicado que existe una disminución en el margen para ajustar a la baja los tipos de interés actualmente en 9,25%, si el déficit fiscal sigue en aumento.
De acuerdo con las actas de su más reciente reunión de política monetaria, que tuvo lugar el 27 de junio, los directivos de la entidad mencionaron que el aumento en la estimación del déficit fiscal para el año fiscal en curso y los próximos ‘produce un efecto expansivo sobre la economía’, lo que se ha traducido en un incremento en la prima de riesgo del país.
En este contexto, la junta expresó que ‘la ampliación del desequilibrio fiscal incrementa las tasas de los bonos de deuda pública para Colombia’ durante una época en la que el país ha experimentado una disminución en la calificación de su deuda soberana por parte de Moody’s y S&P Global, después de haber suspendido la regla de gasto durante los próximos tres años.
El gobierno de Gustavo Petro había estimado un déficit del 5,1% para finales de 2025, pero las previsiones ahora indican que podría llegar al 7,1%. La última vez que se suspendió la regla de gasto fue en 2020, cuando se decidió posponer el cumplimiento de la normativa por un año debido a la crisis sanitaria por covid, alcanzando entonces un déficit del 7,8%.
CAUTELA PARA REDUCIR LAS TASAS
Los directivos también comentaron sobre la evolución de la inflación. En las actas, se menciona que el ritmo de descenso previsto en 2024 para este indicador ‘se frenó’, con una reducción de 15 puntos básicos entre diciembre y mayo, anticipándose un repunte en el corto plazo.
Además, los conflictos geopolíticos y la política arancelaria de Estados Unidos ‘han originado una elevada incertidumbre sobre la economía global’, con riesgos inflacionarios al alza que también repercuten en Colombia.
Por ello, el Banco de la República ha señalado que los cambios en el entorno macroeconómico durante la primera mitad del año ‘dificultan lograr el propósito de llevar la inflación a su meta de 3% en un intervalo de más o menos del 1% a fin de 2025’. Los miembros han optado por mantener ‘una postura cautelosa’ frente a los riesgos sobre la convergencia de la inflación a la meta y han reiterado que las futuras decisiones se basarán en la nueva información disponible.