Este viernes, el Banco Central de Rusia ha anunciado una reducción de 50 puntos básicos en su tasa de interés de referencia, estableciéndola en 16,50%. Este ajuste marca el cuarto descenso consecutivo en la tasa y representa el nivel más bajo desde julio de 2024, tras haber alcanzado un máximo histórico del 21% entre octubre de 2024 y junio de 2025.
Dirigido por Elvira Nabiúllina, el banco ha tomado esta decisión aunque los indicadores de precios subyacentes se mantienen estables y superiores al 4% anualizado, y las expectativas de inflación continúan siendo altas. El Banco de Rusia ha afirmado que conservará una política monetaria “tan restrictiva como sea necesario” hasta que la inflación regrese al objetivo del 4%.
Según el escenario base del banco, se espera que la tasa de interés promedio oscile entre el 13% y el 15% anual en 2026, anticipando “un largo período de política monetaria restrictiva.” La institución aclara que sus decisiones futuras dependerán de la persistencia en la desaceleración de la inflación y de cómo evolucionen las expectativas sobre la misma.
Para el tercer trimestre de 2025, el crecimiento de los precios desestacionalizados se registró en 6,4% anualizado, ligeramente superior al 4,4% del trimestre anterior. Se prevé que la inflación cierre 2025 entre el 6,5% y el 7%. Para 2026, el Banco de Rusia modifica sus proyecciones, estimando que la inflación anual se sitúe entre el 4% y el 5%, debido a “factores proinflacionarios puntuales”.
“La actual aceleración de la subida de los precios se vio sustancialmente afectada por factores puntuales”, menciona el banco, citando el incremento en los costos de los combustibles y un alza en los precios de frutas y verduras durante el otoño. Además, las expectativas de inflación “se mantienen elevadas”, lo que podría complicar una desaceleración sostenida de la inflación.
Respecto a la economía, se observa una moderación en el crecimiento durante el tercer trimestre de 2025, aunque la expansión sigue siendo positiva y la actividad empresarial varía entre sectores. A nivel laboral, aunque el desempleo se mantiene en mínimos históricos, el incremento de los salarios es más lento, superando aún el crecimiento de la productividad.
Finalmente, el Banco de Rusia señala que “Los riesgos proinflacionarios han aumentado y prevalecen sobre los desinflacionarios a medio plazo”, advirtiendo que cualquier deterioro adicional en el crecimiento global o en los precios del petróleo podría exacerbar la inflación a través del tipo de cambio del rublo.
















