El Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra ha emitido una advertencia sobre el aumento del riesgo de una “corrección brusca” en el mercado, impulsada por un cambio repentino en el optimismo hacia las empresas tecnológicas o la credibilidad de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Este organismo señala que las tensiones geopolíticas, la división global de los mercados y las presiones en los mercados de deuda soberana continúan siendo preocupaciones elevadas, y recalca que estos riesgos globales podrían repercutir notablemente en el Reino Unido, dado su carácter de economía abierta y centro financiero internacional.
Asimismo, el informe destaca que las valoraciones de mercado alcanzaron picos históricos en el tercer trimestre, parcialmente gracias a los robustos resultados de las empresas tecnológicas de EE. UU. “Algunas empresas tecnológicas cotizaban con ratios de valoración que implicaban un alto crecimiento futuro de las ganancias, y la concentración en los índices bursátiles estadounidenses implicaba que cualquier ajuste de precios impulsado por la IA tendría un alto nivel de transmisión a la rentabilidad de los inversores expuestos al índice agregado”, indica el documento.
El Comité también ha observado que las expectativas futuras sobre las valoraciones del mercado son inciertas, con potenciales riesgos tanto al alza como a la baja. Entre los factores negativos se incluyen un posible progreso decepcionante en la tecnología y adopción de la IA, o un incremento en la competencia que podría llevar a una reevaluación de las altas expectativas de beneficios futuros.
Por otro lado, el debate sobre la independencia de la Reserva Federal en EE. UU. sigue siendo una constante, y un cambio significativo en la percepción de su credibilidad “podría resultar en una brusca revalorización de los activos en dólares estadounidenses”, afectando incluso los mercados de deuda soberana de EE. UU., con posibles aumentos en la volatilidad y las primas de riesgo con repercusiones globales. A pesar de esto, el FPC asegura que el sistema bancario del Reino Unido está preparado para apoyar a hogares y empresas bajo condiciones económicas mucho peores de las anticipadas.