Se espera que las operaciones de compra de viviendas disminuyan un 5% anualmente en 2025 y 2026, acercándose a la media histórica, afectadas no solo por un crecimiento económico reducido, sino también por una escasez de oferta; mientras que el incremento en los precios de las viviendas se moderará hasta alcanzar un 5% en 2025 y un 3% en 2026, en comparación con el aumento del 11% en 2024, de acuerdo al ‘Informe Inmobiliario’ de Bankinter.
La entidad financiera señala que el sector inmobiliario perderá impulso en la segunda mitad de 2025 en un contexto de crecimiento económico menor tras la ‘guerra comercial’ desencadenada por la Administración Trump con tarifas impuestas a casi todas las importaciones, lo que ha creado «gran incertidumbre» a nivel mundial.
NO HAY INDICIOS DE ‘BURBUJA’ PERO SÍ «TENSIONES» EN EL ALQUILER
Los analistas de Bankinter sostienen que no hay señales de burbuja inmobiliaria, excepto en áreas ‘prime’ y en el segmento de lujo, dado que, aunque los precios de las viviendas están un 10% por encima de los picos del ciclo, los ingresos disponibles de los hogares se han incrementado más significativamente (+30%) desde entonces, mejorando la accesibilidad a la vivienda. Por ello, la tasa de esfuerzo se mantiene en el 35%, alineada con la media histórica, y es probable que continúe moderándose en los meses venideros.
A pesar de esto, se están observando «tensiones sin precedentes» en el mercado de alquileres, con tasas de esfuerzo que superan el 50%, es decir, unos 15 puntos porcentuales por encima de la de compra.
En el documento se indica que la falta de oferta, con un déficit de más de 150.000 viviendas anuales, el aumento en los precios de alquiler, que se han casi duplicado en la última década, y las reducciones en las tasas de interés, que se espera caigan más de 25 puntos básicos adicionales antes de fin de año, impulsarán un aumento de precios a corto y medio plazo.
DÉFICIT ADICIONAL DE 1,5 MILLONES DE CASAS EN LOS PRÓXIMOS 10 AÑOS
Adicionalmente, los especialistas estiman que se acumulará un déficit de 1,5 millones de viviendas en la próxima década, sumado a las 500.000 existentes, ya que en los próximos dos años se entregarán menos de 100.000 viviendas anuales, mientras que la demanda podría superar las 250.000 al año (200.000 por formación de nuevos hogares y 50.000 por compra de extranjeros).
Según las proyecciones de Bankinter, esta escasez de oferta se concentrará principalmente en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao, así como en la costa mediterránea, Canarias y Baleares, donde se espera que siga creciendo la población en los años futuros.
Además, desde Bankinter se prevé una mayor revalorización de activos tradicionales, como oficinas y centros comerciales, que han registrado caídas de valoraciones de entre el 25% y el 30% en los últimos años, a pesar de tener altos niveles de ocupación y rentas que aumentan por encima de la inflación.
En cambio, activos como la logística, centros de datos y hoteles, se estabilizarán en un contexto de menor crecimiento económico y posible sobreoferta.