BBVA proyecta efectuar modificaciones tanto en su personal como en el de Banco Sabadell una vez que se realice la fusión de ambas corporaciones, para lo cual llevará a cabo un análisis de las condiciones laborales en el banco catalán.
En el documento de la OPA sobre Sabadell, divulgado el viernes, el banco señala que, según la condición impuesta por el Gobierno a la oferta y con una duración de tres años, cada banco deberá mantener una gestión y toma de decisiones ‘autónoma’. En este marco, aclara que no existen planes o intenciones específicas sobre ajustes de plantilla para el próximo año.
No obstante, al finalizar el periodo de restricción a la fusión, BBVA planea iniciar un proceso de integración de Sabadell, momento en el que se considerarán ajustes en el personal de ambas entidades. Para esto, se realizará una ‘evaluación estratégica y objetiva’ del negocio, actividades, empleos y condiciones laborales de Banco Sabadell en ese instante. ‘Como resultado de dicha revisión, BBVA analizará qué cambios le permiten evitar duplicidades innecesarias de funciones, mejorar la eficiencia operacional y optimizar recursos’, se añade.
Además, se tiene previsto establecer un comité de integración con representantes de ambos bancos con el fin de diseñar el ‘mejor proceso de integración’, buscando maximizar el talento de ambas organizaciones. ‘En la integración de las plantillas se respetarán en todo caso los principios de competencia profesional y mérito, con medidas acordadas y sin que afecten singularmente a los empleados con origen en una de las dos entidades’, se expone.
En este procedimiento de integración, el banco comenzará un periodo de diálogo con los sindicatos para ‘minimizar’ el impacto del ajuste, dando preferencia a las salidas voluntarias y recolocaciones. Durante estos diálogos, también se buscará alinear las políticas de recursos humanos de las dos entidades, lo que podría implicar en ese momento ‘cambios’ en las condiciones laborales de trabajadores y directivos de Banco Sabadell.
En una conferencia con analistas tras la publicación del documento, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, indicó que tanto los ajustes como la integración tecnológica se irán preparando durante los tres años de restricción a la fusión –extensibles por otros dos–. Se anticipa que la fusión legal se concrete a finales de 2028 o inicios de 2029, y la idea es que durante los tres años de bloqueo, se avance en toda la preparación de la reestructuración, especialmente la integración IT, para que en el primer año tras la fusión se ejecute y se logren todas las sinergias previstas con la operación, de 900 millones de euros.
El documento de la OPA publicado recientemente estima las sinergias incluyendo el bloqueo del Gobierno a la fusión. En total, BBVA ha incrementado de los 850 millones estimados inicialmente a 900 millones de euros el ahorro de costes que supondrá la operación con Sabadell, aunque también ha postergado en un año (cuatro en lugar de tres ejercicios) la consecución de las mismas debido a la condición del Gobierno a la OPA.
Para alcanzar las sinergias, y a pesar de tener que mantener las dos entidades separadas, BBVA considera que puede beneficiarse de las economías de escala y revisión de condiciones contractuales con proveedores, aplicar mejoras en la productividad de forma temprana o que se adopten de manera voluntaria metodologías ‘avanzadas’ en áreas como gestión de riesgos, resiliencia y ciberseguridad. Además, cree que se podrán alinear ‘de forma progresiva’ sus culturas organizativas, estilos de liderazgo y programas de talento, entre otras cuestiones.
Una vez la condición del Gobierno decaiga, ya sea a los tres o cinco años o porque el Supremo la deje sin efecto tras el recurso presentado por BBVA contra la misma, BBVA llevaría a cabo la fusión en 2029 y alcanzaría unos ahorros de 835 millones de euros por costes operativos (510 millones por gastos generales y 325 millones por gastos de personal) y de 65 millones por costes de financiación. En total, e incluyendo los 235 millones de euros, las sinergias ascenderían hasta los 900 millones de euros.
Sobre los costes de reestructuración, el banco estima no incurrir en costes significativos para obtener los 235 millones de euros en los primeros tres años tras la OPA. Sin embargo, con el objetivo de anticipar la consecución de sinergias, prevé adelantar costes de reestructuración por 60 millones de euros antes de impuestos que incluirían principalmente inversiones en tecnología destinadas a facilitar la obtención de ahorros durante el proceso de integración de ambas entidades, una vez formalizada la fusión. Una vez completada la fusión, BBVA estima destinar 1.390 millones de euros antes de impuestos (adicionales a los 60 millones de euros anteriores) para acometer la reestructuración. En total, prevé unos 1.450 millones de euros.
Adicionalmente, y con carácter extraordinario, estima 48 millones de euros anuales antes de impuestos en amortizaciones por un periodo de cinco años desde la fusión, proveniente principalmente de las inversiones necesarias para la integración.
