Este año, el déficit público de España descenderá al 2,6% del PIB y se espera que alcance el 2,2% en 2026, según las últimas proyecciones de BBVA Research. Esta mejora se atribuye principalmente al vigor de los ingresos estatales y, en menor medida, a un control gradual del gasto.
Las cifras presentadas por BBVA difieren ligeramente de las proyecciones gubernamentales, que estiman que el déficit cerrará el año en el 2,5% del PIB y disminuirá al 2,1% en 2026. El estudio de BBVA Research sugiere un incremento de los ingresos públicos de 0,4 puntos del PIB en 2025 y de 0,1 puntos en 2026, impulsado por la recuperación económica y las reformas fiscales implementadas a finales de 2024, destacando cambios en el Impuesto sobre Sociedades y las cotizaciones sociales.
En cuanto al gasto, se prevé una reducción de 0,2 puntos del PIB en 2025 y de 0,4 puntos en 2026, debido al término de medidas excepcionales asociadas a la DANA y a una moderación en el aumento del gasto primario, cumpliendo así con las normas fiscales establecidas. Esto situaría el gasto público en aproximadamente el 44,9% del PIB en 2026.
Hasta agosto de 2025, el déficit público sin contar las corporaciones locales se ubicaría en el 3,1% del PIB. Descontando el gasto extraordinario por la DANA (0,6 puntos), el déficit ajustado sería del 2,5%. Durante este periodo, los ingresos públicos registraron un aumento interanual del 7,4%, mientras que el gasto público creció un 5,3%, con un notable incremento en subvenciones, prestaciones sociales e inversiones.
El gasto vinculado a la DANA representó un 0,4% del PIB, concentrándose principalmente en la primera mitad del año, de lo cual un 0,2% fueron indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros. Adicionalmente, desde mayo se observó un incremento en el gasto de Defensa, acorde con compromisos europeos y de la OTAN.
LA DEUDA PÚBLICA BAJARÁ AL 99,5% DEL PIB EN 2026
BBVA Research también estima que el gasto primario neto crecerá a un ritmo medio del 3,4% entre 2025 y 2030, superando ligeramente el objetivo del Plan Fiscal y Estructural. La deuda pública, en este contexto, seguiría su tendencia a la baja y se espera que se sitúe en el 99,5% del PIB para el final de 2026. No obstante, la disminución del diferencial entre el crecimiento económico y el coste de financiación de la deuda “supone un factor de vulnerabilidad a medio plazo”.











