Una reciente encuesta realizada por el Banco Central Europeo (BCE) revela que las expectativas inflacionarias de los habitantes de la eurozona para el próximo año han alcanzado su punto más bajo desde febrero pasado. Acorde con los datos de junio, los consumidores anticipan que la inflación se ubicará en un 2,6% en un año, descendiendo desde el 2,8% previo, marcando así el registro más reducido desde febrero. Mientras tanto, las expectativas para los siguientes tres años permanecieron inalteradas en el 2,4%, y las proyecciones para los próximos cinco años se sostuvieron en el 2,1%, por séptimo mes seguido.
Por otro lado, la tasa mediana de inflación percibida en los últimos 12 meses se conservó estable en el 3,1% durante cinco meses consecutivos, siendo este el nivel más bajo desde septiembre de 2021.
Respecto a las previsiones de crecimiento de los ingresos nominales para los próximos 12 meses, estas se mantuvieron estables en el 1% en junio. No obstante, el BCE indica que esta estabilidad esconde una caída en las expectativas entre las personas con ingresos más elevados, la cual fue equilibrada por un incremento en las expectativas entre los grupos con ingresos menores.
En cuanto al gasto nominal en los últimos 12 meses, este se mantuvo estable en el 5% en junio. Sin embargo, el crecimiento esperado del gasto nominal para el próximo año disminuyó aún más, situándose en el 3,2% en junio, con respecto al 3,5% en mayo y el 3,7% en abril. «Esta disminución refleja la mayor incertidumbre económica de los últimos meses, así como la menor inflación esperada», explica el BCE.
En otro aspecto, los consumidores preveían un aumento del 3,1% en el precio de sus viviendas para los próximos 12 meses, una leve caída desde el 3,2% de mayo. Además, las expectativas sobre los tipos de interés hipotecarios para el próximo año descendieron al 4,3%, desde el 4,4% de mayo.