En 2024, las autopistas de peaje que fueron rescatadas por el Estado tras la crisis financiera de 2008, lograron un beneficio neto de 20,5 millones de euros, evidenciando un aumento del 21% en comparación con el año anterior. Esto se logró a pesar de la gratuidad parcial de la AP-7 en Alicante durante seis meses.
De acuerdo con los datos proporcionados por Seitt, la empresa pública que administra estas vías, los ingresos totales de las nueve autopistas que administra ascendieron a 94,5 millones de euros, lo que representa un incremento del 3,8%.
Las R-3 y R-5, que conectan Madrid con Valencia y Extremadura respectivamente, se mantienen como los principales activos, generando más de 28 millones de euros, el 30% del total de ingresos, y 9 millones de euros en ganancias, casi la mitad del beneficio total.
En cambio, la AP-41 entre Madrid y Toledo, con 27 kilómetros de uso gratuito, solo generó 3,4 millones de euros y registró pérdidas de 2 millones. La M-12 Eje Aeropuerto de Madrid y la AP-7 de Alicante también reportaron pérdidas, con 523.500 euros y 1 millón de euros respectivamente, esta última afectada por su reciente gratuidad desde julio de 2024.
Otras vías como la R-2 hacia Zaragoza y la AP-36 Ocaña-La Roda presentaron buenos resultados, con ingresos de 16,6 y 16 millones de euros, y ganancias de 3 y 6,5 millones de euros, respectivamente. La R-4 hacia Córdoba y la AP-7 Cartagena-Vera también contribuyeron positivamente con 13 y 11,5 millones en ingresos y 2,5 y 3,1 millones en beneficios, respectivamente.
Sumando los ingresos de las obras ejecutadas, la empresa registró una facturación de 97,5 millones de euros, aunque un 11% menor por un descenso en el volumen de obras, pero con un aumento del 31,5% en los beneficios, alcanzando los 29,6 millones de euros, impulsado por la mejora en el rendimiento de las autopistas.