Blackstone está considerando la venta de una destacada cartera de viviendas en España, cuyo valor alcanza los 1.200 millones de euros (equivalente a 1.400 millones de dólares). Esta posible desinversión se encuadra dentro de la estrategia del gigante de capital riesgo de reajustar su presencia en el país, tras las adquisiciones realizadas durante la crisis financiera que afectó profundamente al sector inmobiliario español.
Para este fin, la entidad ha recurrido a la colaboración de Jones Lang LaSalle y Eastdil Secured, buscando orientación experta sobre cómo proceder con la venta, tal como informó ‘Bloomberg’, citando a fuentes familiarizadas con el proceso y confirmadas por Europa Press en el sector.
Las propiedades en cuestión están gestionadas por Fidere Patrimonio Socimi, adquirida por Blackstone en 2013. A pesar de esta potencial venta, Blackstone continuaría controlando la plataforma de gestión de estos activos.
Este movimiento se inscribe en un contexto más amplio de reactivación del mercado por parte de los grandes fondos de inversión en España, después de varios años de reducida actividad en el mercado de transacciones inmobiliarias.
Además, Blackstone ha protagonizado otras significativas operaciones en España, como la compra del 51% de Quasar en 2017, tras un acuerdo con Santander. Este proyecto incluía una cartera de inmuebles, créditos dudosos del sector inmobiliario y otros activos procedentes del Banco Popular, en lo que fue una de las transacciones más grandes en la historia del mercado inmobiliario español.










