Boeing ha acumulado hasta noviembre un total de 1.000 pedidos, más del doble que en el mismo tramo del ejercicio anterior, tras incorporar 164 nuevos encargos en el undécimo mes del año. Casi la mitad de esas nuevas operaciones corresponden al modelo 777X —65 unidades para Emirates y nueve para China Airlines—, de acuerdo con los datos difundidos por el propio fabricante estadounidense.
Con este volumen, el grupo aeronáutico se sitúa por delante de Airbus, que suma 797 pedidos en lo que va de año. El consorcio europeo se ha visto presionado recientemente por incidencias de software y potenciales fallos de calidad en el fuselaje de sus A320, circunstancias que han desembocado en una revisión a la baja de su objetivo de entregas de 2025, hasta situarlo en torno a 790 aviones comerciales, unos 30 aparatos menos que la meta que se había fijado inicialmente.
En el capítulo de entregas, donde Airbus mantiene la delantera, Boeing ha completado 44 envíos en noviembre, cuatro veces más que las 13 unidades que entregó un año antes. En el acumulado anual, la cifra asciende a 537 aeronaves, lo que supone un incremento interanual del 68,7%.
En octubre, el fabricante norteamericano recibió “luz verde” por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) para elevar el ritmo mensual de producción de su 737 hasta 42 unidades, desde las 37 anteriores. No obstante, la compañía aún no ha formalizado de manera efectiva ese aumento de cadencia, al continuar centrada en la supervisión de la calidad de los aparatos que salen de sus instalaciones.
La FAA mantiene restricciones sobre la producción desde comienzos del pasado año, tras el incidente provocado por el desprendimiento del tapón de una puerta en un 737 MAX durante un vuelo. A este contratiempo se sumó una huelga de más de 40 días a finales de ese mismo año, que también lastró el funcionamiento de las cadenas de montaje.
Mirando a 2026, Boeing prevé generar un flujo de caja libre positivo, en concreto, “una cifra baja de un solo dígito”, lo que supondría el primer registro en verde en tres años. Esta mejora se apoyaría en la progresiva normalización del ritmo de producción en sus plantas —sobre todo en los programas 737 Max y 787 Dreamliner—, en la reducción del inventario de aeronaves pendientes de entrega, así como en el aumento de la rentabilidad de la división de defensa y en el crecimiento sostenido de las actividades de servicios.











