La brecha de género en las pensiones tiene un coste en la economía española de 28.500 millones de euros, cifra que equivale al 1,8% del PIB nacional, según un estudio presentado este lunes por la Asociación ClosinGap y Mapfre.
Este déficit de actividad económica se traduce también en la no creación de cerca de 500.000 puestos de trabajo y en una merma de ingresos públicos de alrededor de 4.900 millones de euros anuales en concepto de IRPF e IVA.
Así se desprende del estudio, titulado ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en pensiones y ahorro previsional’, que es una actualización de otro realizado en 2019. Desde ClosinGap y Mapfre han destacado que, aunque el nuevo informe refleja una mejora con respecto al análisis de 2019, la evolución «sigue siendo lenta».
El informe advierte de que, en 2024, un 10,5% de los hombres optó por retrasar su jubilación frente a solo un 7,8% de las mujeres, «reflejo de las mayores dificultades de ellas para cumplir los años de cotización requeridos o para prolongar su vida laboral al asumir cuidados no remunerados».
En la presentación del estudio, el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, ha llamado a la acción de la sociedad española «para acelerar el cierre de esta brecha».
Así, ha advertido de que en un par de décadas la mayor parte de la población será «población senior, jubilados o no», y que por ello se necesita que tengan «suficiencia financiera para poder liderar el impulso a la actividad económica y continuar aportando valor».
El encuentro también ha contado con el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, para quien «la brecha de género es el principal problema del sistema de Seguridad Social y pensiones desde la perspectiva de la acción protectora».
«Se configura imprescindible actuar en el origen de la discriminación estructural de las mujeres: el mercado laboral», ha defendido.
LAS MUJERES COBRAN 510 EUROS MENOS
El estudio revela que, en 2024, las mujeres percibieron una pensión contributiva media de 1.100 euros mensuales, frente a los 1.600 euros de los hombres, lo que supone una diferencia de 510 euros al mes, equivalente a una brecha relativa del 31,9%.
Además, solo el 57% de las mujeres pensionistas recibe una pensión por jubilación, frente al 82% de los hombres. En paralelo, tres de cada diez mujeres mayores dependen de una pensión de viudedad, modalidad prácticamente residual en el caso de los hombres.
La menor participación femenina en el mercado laboral, que se traduce en carreras contributivas más cortas y en una brecha salarial que ronda el 20%, explica buena parte de esta desigualdad, añade el estudio, que suma a este dato una menor capacidad de ahorro previsional y patrimonial.
El informe, que por primera vez incorpora microdatos fiscales individuales, muestra que en 2022 las mujeres mayores de 67 años acumulaban de media 6.700 euros menos en patrimonio neto que los hombres. Esta diferencia, si bien se ha reducido respecto a 2016 gracias a una menor brecha en activos inmobiliarios, contrasta con lo ocurrido en los planes de pensiones privados, donde la brecha entre hombres y mujeres ha crecido en 1.000 euros por persona en apenas seis años.
Para la presidenta de ClosinGap, Marieta Jiménez, «se trata de garantizar que las jóvenes que hoy empiezan su carrera lleguen a la jubilación sin renuncias forzadas. Que la llamada «silver age» sea, en realidad, una edad de oro».
«Tenemos ante nosotros un desafío inmenso, pero también una oportunidad histórica: demostrar que cada año ganado puede ser también un año más justo, más próspero y más humano. Ese es el país que merecen nuestras madres, nuestras hijas y, sobre todo, nosotros mismos como sociedad», ha reclamado.
MENOS RECURSOS ECONÓMICOS PARA CUIDADOS
El estudio también aborda el campo de la dependencia y señala que las mujeres viven más años que los hombres –85,8 frente a 80,3–, pero lo hacen «en peores condiciones de salud y con menos recursos económicos para afrontar los costes de cuidados».
Según ClosinGap y Mapfre, a partir de los 80 años, el coste de la dependencia multiplica por 1,8 la pensión media femenina, «una carga inasumible para muchas mujeres que, incluso recurriendo a su patrimonio, carecen de los activos suficientes para cubrirla».
Para solventar estas diferencias, en el estudio se proponen cinco líneas de acción, tanto desde la óptica pública como privada. Plantean así reforzar el sistema público de pensiones con un enfoque de género; impulsar la igualdad en el mercado laboral; fomentar el ahorro previsional femenino; mejorar la atención a la dependencia; y evaluar el impacto de las reformas desde una perspectiva de género.