El comisario de Energía, Dan Jorgensen, ha aplaudido este martes el “nunca más” que representa el acuerdo “histórico” para poner fin a todas las importaciones de gas ruso en 2027, subrayando que se trata de un avance decisivo para que la energía deje de usarse como herramienta de presión contra la Unión Europea.
Durante un debate centrado en la supresión de las compras de gas natural ruso, el comisario danés ha recalcado que la elección de romper con el suministro ruso no responde a una situación pasajera, sino a una apuesta estratégica de la UE para reducir dependencias y “no repetir los errores del pasado”.
“No es algo que vayamos a revisar dentro de seis meses y que, si resulta conveniente por razones económicas internas, volvamos a importar gas. Esto es un no y un nunca más”, ha subrayado.
Según Jorgensen, esta decisión “se notará en Moscú, se notará en Washington, se notará en todo el mundo”, y ha insistido en que “definitivamente” no habrá “sonrisas” en Moscú tras este movimiento.
El responsable comunitario ha incidido en que la medida es clave para recortar recursos a la maquinaria bélica del presidente ruso, Vladimir Putin, en su guerra contra Ucrania, al tiempo que evidencia la cohesión de los Veintisiete frente a las “divisiones y chantajes” procedentes del Kremlin.
“No se puede utilizar la energía como arma contra nosotros; o mejor dicho, se puede intentar, pero tendremos una respuesta. La decisión que hemos tomado ahora de prohibir la importación de gas ruso es histórica”, ha expuesto el responsable de Energía.
El calendario previsto fija que la desconexión del gas natural licuado ruso se hará de forma progresiva y deberá completarse como muy tarde el 31 de diciembre de 2026, quedando para el otoño de 2027 la retirada total del resto de compras de gas transportado por gaseoducto.