Economía

Bruselas lanza un fondo temporal para blindar a la industria europea del impacto del ajuste del carbono

La Comisión Europea propone un fondo temporal ligado al CBAM para proteger a la industria de la UE del impacto del ajuste del carbono y evitar fugas de emisiones.

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Bruselas lanza un fondo temporal para blindar a la industria europea del impacto del ajuste del carbono

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La Comisión Europea ha presentado este miércoles la creación de un fondo temporal destinado a respaldar a la industria de la UE frente al efecto del gravamen al carbono y a minimizar el riesgo de fuga de emisiones. Esta herramienta se integra en una reforma del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), con la que Bruselas pretende reforzar la competitividad industrial, asegurar unas condiciones de competencia equitativas y “cerrar lagunas” en el sistema.

El nuevo instrumento financiero tendrá una vigencia inicial de dos años y se dirigirá a los sectores más vulnerables a la presión de la competencia internacional. Su dotación procederá de los ingresos que obtengan los Estados miembro a través del propio impuesto fronterizo al carbono.

Los desembolsos se realizarán en 2026 y 2027, mediante un esquema de acceso sencillo y sin añadir trámites administrativos innecesarios para las empresas. Esta respuesta provisional será, en palabras del comisario europeo de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, un “puente sencillo y justo” hasta la próxima revisión del régimen europeo de comercio de derechos de emisión.

“Queremos asegurarnos de que nuestras empresas puedan cumplir con las normas de la UE y, al mismo tiempo, competir fuera de ella”, ha señalado Hoekstra, que ha detallado que este apoyo se complementará con “asignaciones gratuitas adicionales”, con la finalidad de que las compañías puedan “hacer frente a la competencia del exterior”.

La propuesta se incluye en un paquete más amplio de ajustes del CBAM con el que la Comisión busca afianzar la igualdad de condiciones frente a los productores de terceros países y frenar maniobras de evasión. Su aprobación definitiva exigirá ahora una negociación entre el Parlamento Europeo y el Consejo.

En esta línea, el vicepresidente de la Comisión responsable de Industria, Stéphane Séjourné, ha subrayado que la revisión responde a un doble objetivo, climático e industrial. “Queremos combinar la estrategia de descarbonización con la competitividad”, ha indicado, remarcando que el mecanismo resulta ahora “más sencillo, más robusto y más justo”.

La reforma amplía el perímetro del CBAM, que dejará de limitarse a materias primas como el acero o el cemento para abarcar también productos transformados, entre ellos cables metálicos, electrodomésticos y diversos componentes industriales. En total, alrededor de 180 productos adicionales quedarán sometidos al ajuste de carbono en frontera.

El paquete incorpora, además, medidas específicas para sectores considerados estratégicos, como el acero y el aluminio. Séjourné ha recordado la activación de una cláusula de salvaguardia para el acero y ha avanzado que la Comisión restringirá las importaciones de residuos de aluminio a partir de la primavera de 2026, en coherencia con la estrategia industrial de la UE.

Bruselas introduce igualmente el principio de equivalencia en impuestos y precios del carbono, junto con una nueva cláusula que permitirá acordar medidas de facilitación comercial, como el reconocimiento mutuo de organismos de acreditación o fórmulas para descontar precios del carbono ya abonados en países terceros.

Paralelamente, la revisión contempla ajustes técnicos para simplificar la aplicación del CBAM a las importaciones de electricidad. El cálculo del ajuste dejará de apoyarse en la producción marginal y pasará a basarse en las emisiones medias de las redes eléctricas, con la intención de impulsar una mayor descarbonización del sistema eléctrico.

La Comisión también reforzará los mecanismos anti-elusión para combatir el fraude y la evasión a gran escala, mediante la fijación de valores obligatorios por país que permitan “cerrar lagunas” en el esquema. “Queremos facilitar el comercio, pero no el fraude ni la evasión”, ha insistido Hoekstra, recalcando que Bruselas se reserva la capacidad de intervenir cuando detecte indicios de irregularidades.