Según el último boletín del Bundesbank, el banco central de Alemania, se espera un leve repunte en la actividad económica del país para el último trimestre de 2025 tras un periodo de estancamiento entre julio y septiembre, y una caída del 0,2% en el segundo trimestre, a pesar de un crecimiento inicial del 0,3% al inicio del año.
“La producción económica podría repuntar ligeramente en el cuarto trimestre”, indica el informe, que también menciona la baja competitividad de la industria alemana y el impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos como obstáculos para la demanda externa a corto plazo.
La institución también señala que la debilidad en las perspectivas del mercado laboral está incidiendo negativamente en el consumo privado. No obstante, se anticipa una posible estabilización tanto de las exportaciones como de la industria hacia finales de año, favorecido por una disminución de los efectos adversos relacionados con las exportaciones anticipadas a Estados Unidos en los primeros meses del año. Asimismo, se espera que el sector de la construcción mantenga su estabilidad.
Desde la reforma de las reglas fiscales en marzo, Alemania dispone de mayor capacidad para incrementar su endeudamiento. El Bundesbank recalca que déficits elevados temporalmente son justificables ante los desafíos significativos en defensa e infraestructura, y dada la relativamente baja relación deuda/PIB del país.
En cuanto a la reforma del freno de la deuda, el Bundesbank sugiere una reestructuración en tres fases, extendiendo la primera hasta 2029 para centrarse en necesidades críticas de defensa e infraestructura. La segunda fase, entre 2030 y 2035, contemplaría una reducción gradual del déficit estructural hasta el 1%, y la tercera fase, a partir de 2036, establecería un límite adecuado al endeudamiento para asegurar la solidez fiscal y cumplir con las normativas de la UE.
“Esto es en gran medida coherente con las propuestas presentadas por el Bundesbank a principios de 2025”, concluye el banco central.
