En el segundo trimestre de 2025, el desempleo bajó al 10,3%, sumando 503.300 trabajadores más al mercado laboral, como revela la Encuesta de Población Activa (EPA). Sin embargo, la Cámara de España alerta que este aumento se debe en gran medida a la estacionalidad y que continúan desequilibrios estructurales que comprometen la estabilidad del empleo.
De acuerdo con la EPA, el número total de desempleados alcanzó los 2.553.100, una disminución de 236.100 personas en comparación con el trimestre anterior, y la ocupación totalizó 22.268.700 trabajadores. Esta cifra ha sido impulsada principalmente por el sector servicios, que añadió 429.200 nuevos puestos de trabajo.
El informe de la Cámara destaca que esta mejora situacional se sustenta en factores temporales como la Semana Santa, el comienzo de la temporada estival y el incremento del turismo, lo que demuestra la dependencia de actividades de alta temporalidad en el mercado laboral español.
Aunque hubo un aumento de asalariados (+479.300) y autónomos (+23.600), la Cámara recalca que la calidad del empleo sigue siendo un desafío y urge a abordar el absentismo, los costos de contratación y la falta de correspondencia entre la formación y las necesidades empresariales.
Asimismo, la entidad avisa de que el panorama internacional genera incertidumbre. Las tensiones geopolíticas, la desaceleración de EEUU, la fragilidad del consumo en China y la valorización del euro podrían impactar negativamente en los sectores exportadores en los próximos meses, poniendo en riesgo la generación de empleo estable.
En este contexto, la Cámara mantiene su pronóstico de crecimiento económico para 2025 en el 2,4% y mejora la previsión de creación de empleo al 2%, pero subraya que será esencial reducir las cotizaciones sociales, simplificar el Impuesto de Sociedades y eliminar trabas administrativas para reforzar el sector productivo y mantener la recuperación laboral.
La entidad concluye que España afronta la segunda mitad del año con una base laboral más robusta, pero advierte que sin reformas profundas y sin un entorno estable y competitivo para las empresas, el repunte del empleo podría ser «efímero».