El director ejecutivo de Air India, Campbell Wilson, manifestó que el reciente informe preliminar sobre el siniestro de uno de sus aviones, ocurrido el mes pasado y donde solo un pasajero sobrevivió, ha generado nuevas dudas. Al mismo tiempo, defendió la competencia de su tripulación de cabina y el registro de inspecciones de la flota de la empresa.
La Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos de la India (AAIB) difundió el sábado este informe, que sugiere un fallo en el suministro de combustible en el avión que se accidentó el 12 de junio con 242 personas a bordo en Ahmedabad, durante el vuelo de esta ciudad a Londres.
‘Como era de esperar, el informe ha aportado más claridad y ha abierto nuevos interrogantes’, escribió Wilson en una nota interna a los empleados, según cita ‘Bloomberg’.
Wilson también mencionó que no existían problemas con la calidad del combustible ni anomalías durante el rodaje previo al despegue. Confirmó además que los pilotos habían superado la prueba obligatoria de alcoholemia antes del vuelo y no se reportaron problemas en su estado médico.
El documento, aún preliminar, indica que la investigación sigue en curso y no establece conclusiones definitivas sobre la causa de la interrupción del suministro de combustible justo después del despegue.
‘En esta etapa de la investigación, no se recomiendan acciones para los operadores y fabricantes de motores del B787-8 y/o GE GEnx-1B’, destacó el informe.
Air India ha expresado públicamente su solidaridad con las víctimas del accidente y continúa colaborando con las autoridades indias para determinar las causas del suceso.
‘Acusamos recibo del informe preliminar publicado por la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) hoy, 12 de julio de 2025. Air India colabora estrechamente con las partes interesadas, incluidos los reguladores. Seguimos cooperando plenamente con la AAIB y otras autoridades a medida que avanza su investigación’, sostuvo la aerolínea en un comunicado.
El vuelo AI171 de Air India se precipitó a tierra diez minutos después de despegar, transportando 230 pasajeros –169 indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense–, y doce tripulantes. El trágico saldo fue de 274 víctimas fatales, incluyendo a 33 personas que estaban en el sitio del impacto en tierra, con solo un sobreviviente del avión.