Candriam ha establecido una postura neutral y bien diversificada en renta variable en un contexto de incertidumbre provocada por las políticas arancelarias del presidente de EEUU, Donald Trump, hacia la mayoría de sus socios comerciales.
El análisis sobre sus perspectivas para el segundo semestre de 2025, reconoce que el mercado estadounidense se encuentra cerca de su pico histórico, alcanzado en febrero de 2025, y que la mayoría de las clases de activos han mostrado rendimientos positivos en moneda local desde el inicio del año.
Sin embargo, señala que el orden político, social y económico global se está recomponiendo y advierte que es difícil hacer proyecciones a corto plazo.
En última instancia, las perspectivas económicas están muy influidas por las decisiones de los dirigentes estadounidenses. En nuestro escenario central, anticipamos una desaceleración de la economía global debido a un cambio sustancial en la tasa efectiva de los aranceles aduaneros de Estados Unidos, explica el análisis.
Aun así, es probable que EEUU tampoco salga ileso. Candriam cree que el PIB estadounidense podría caer por debajo del 2% y que otros shocks negativos, como los conflictos armados, podrían aumentar el riesgo de recesión. Además, los aranceles también podrían influir en un aumento de la inflación, lo que incrementaría la presión sobre la Reserva Federal de EEUU (Fed) de reducir tipos. La firma espera que el banco central realice un primer recorte en diciembre y dos o tres más a principios de 2026.
El apoyo fiscal será sólo marginal, lejos de ser grande o hermoso como se anunció. Sin embargo, el sector privado estadounidense sigue siendo robusto, con márgenes de beneficio cercanos a niveles récord, sin deuda excesiva ni problemas de acceso a financiación, expone.
En este contexto, Candriam evita un sesgo regional en la renta variable, favoreciendo la diversificación por sector y estilo, aunque con un énfasis en sectores y acciones que muestran una fuerte dinámica de ganancias, como la tecnología, así como sectores respaldados por políticas fiscales, como infraestructura, industria y defensa en Europa, donde se está produciendo un punto de inflexión y enfrenta un mayor gasto público, pero también un impacto de los aranceles estadounidenses.
A pesar de estas tensiones comerciales, las empresas europeas se están beneficiando de respuestas presupuestarias más activas y valoraciones más atractivas, que han contribuido a su desempeño reciente, especifica.
En renta fija, la firma mantiene una posición larga en duración en la eurozona y permanece neutral en bonos del Tesoro estadounidense. Afirma que, con una cartera diversificada, la duración sigue siendo una protección eficaz, especialmente en un entorno de desaceleración económica e inflación moderada.
En Europa, el Banco Central Europeo parece estar acercándose al final de su ciclo de flexibilización, aunque todavía se esperan dos recortes de tipos adicionales antes de fin de año. Esta dinámica, combinada con un entorno macroeconómico todavía lento y una inflación bien anclada, respalda nuestra visión constructiva sobre la deuda soberana europea, señala.
Por último, la firma sostiene que el oro sigue teniendo un papel estratégico en las carteras, actuando como una cobertura eficaz contra las incertidumbres geopolíticas, la volatilidad de los tipos reales y los riesgos macroeconómicos extremos.
A pesar de los altos rendimientos nominales, la demanda sigue siendo fuerte, impulsada por las constantes compras de los bancos centrales, la reconstrucción de las reservas internacionales y el renovado interés de los inversores minoristas y a través de los ETF, explica.
