Buscar proveedores alternativos, optar por productos similares nacionales en lugar de importados, disminuir adquisiciones o incrementar la producción local son estrategias que las empresas pueden adoptar ante las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, las cuales impactan el comercio global.
El McKinsey Global Institute revela en su estudio sobre el nuevo orden del comercio mundial (Great Trade Rearrangement) que las compañías podrían reorientar sus fuentes de suministro hacia proveedores alternativos debido a las fricciones comerciales entre EE.UU. y China, así como sus efectos secundarios globales.
INFLUENCIA DEL RATIO DE REORGANIZACIÓN
Mediante el uso del ‘índice de reorganización’, que evalúa la viabilidad de redirigir las importaciones estadounidenses desde China, McKinsey destaca que ‘el 35% de las importaciones de EE.UU. procedentes de China tienen un ratio inferior a 0,1’; lo que traduce en ‘un mercado mundial de exportación disponible diez veces mayor que las importaciones actuales de EE.UU. procedentes de China’, como las camisetas o los chips lógicos.
Para ratios más altos, la reorganización se torna ‘más difícil’, y para el 5% del comercio con un ratio superior a 1,0, como los imanes de tierras raras, las importaciones estadounidenses de China exceden las exportaciones mundiales disponibles.
EL PAPEL DE EUROPA
‘Europa aparece como el punto de apoyo de la reordenación del comercio’. En nueve simulaciones diferentes, tanto las importaciones europeas desde China como las exportaciones a Estados Unidos se incrementan en casi 200.000 millones de dólares, revela el informe.
CÓMO ACTUAR ANTE ESTA SITUACIÓN
McKinsey sugiere que las multinacionales deben prepararse para navegar en un contexto donde ‘la distancia geopolítica del comercio estadounidense se acorta, la relación comercial China-Europa se intensifica y emergen excedentes y escaseces de productos entre países, al menos a corto plazo’.
Ante ‘incertidumbre’, McKinsey aconseja considerar acciones de reducción, sustitución, aumento y reorganización para enfrentar posibles perturbaciones del comercio.
La consultora concluye que ‘la reordenación del comercio promete remodelar la geometría del comercio mundial’, estableciendo un escenario para que las empresas fortalezcan su resiliencia en un mundo reorganizado.