La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha advertido que la reciente propuesta de la Comisión Europea para el presupuesto sugiere una reducción en la financiación de la Política Agrícola Común (PAC), lo que representa un ataque directo al sector agrícola europeo y un momento crucial en la historia del modelo de integración europeo, según un comunicado de la organización.
«La UE ha decidido sacrificar la Política Agraria Común (PAC) en el altar de la geopolítica y el pago de la deuda de los fondos Next Generation. Los hechos marcan prioridades: entre tractores y tanques, entre futuro para los jóvenes agricultores y misiles para blindar fronteras, entre alimentación y defensa, Von der Leyen ha elegido recortar un 22% los fondos agrarios y multiplicar por cinco el gasto militar. Es inaceptable», declaró Miguel Padilla, secretario general de COAG.
COAG resalta la contradicción de pedir sostenibilidad, digitalización e innovación al mismo tiempo que se reducen los fondos que deberían promover estos avances. La organización se pregunta cómo se pretende renovar el campo sin asegurar ayudas para los jóvenes y cómo se va a fomentar una agricultura sostenible sin apoyo para la modernización.
«Diluir el segundo pilar de la PAC, desarrollo rural, en un fondo único por país con otra serie de políticas de cohesión, enmascara un recorte encubierto sin precedentes y una renacionalización en toda regla. Cuando necesitamos más Europa se cargan la gran Política Agraria Común», enfatizan desde COAG.
Según la coordinadora, la falta de fondos convertirá los objetivos del Pacto Verde en inalcanzables. «Dónde han quedado las líneas estratégicas de la Visión de la Agricultura y la Alimentación presentada apenas hace unos meses por el propio Comisario de Agricultura Hansen. Los agricultores y ganaderos necesitamos menos relatos y más hechos y soluciones. La retórica vacía no paga facturas de piensos y fertilizantes», lamentó Padilla.
En este escenario, COAG alerta sobre las repercusiones sociales y políticas del abandono institucional del campo. «Una Europa sin agricultura viva es una Europa sin soberanía alimentaria, sin equilibrio territorial y sin futuro social», indica la organización.
«Que se prepare la Comisión Europea para la resistencia del campo. Los tractores volverán a las carreteras. Es una propuesta inaceptable», afirmó tajantemente Padilla.
COAG también señala que este debilitamiento de la PAC impactará directamente en el costo de los alimentos para los consumidores. «O se defiende una PAC fuerte, o habrá un menú más caro, más inseguridad alimentaria y menos sabor local. El abandono del campo no solo vacía los pueblos, también vacía la nevera y llena el ticket con importaciones sin control y precios más altos. ¿De verdad queremos depender de Mohamed VI para preparar nuestros gazpachos y ensaladas?», alerta COAG.
Finalmente, COAG exige a las autoridades españolas y europarlamentarios que confronten a Bruselas para garantizar una PAC robusta, con dos pilares firmes y suficiente financiación. «La soberanía alimentaria es tan estratégica como la defensa. Sin agricultores, no hay alimentos. Sin alimentos, no hay Europa. No podemos tolerar este ataque frontal a la columna vertebral del tejido productivo europeo: la pequeñas y medianas explotaciones profesionales agrarias», aseguró Padilla.
Este miércoles, la Comisión Europea propuso un nuevo marco financiero plurianual para el periodo 2028-2034, que incluye una reducción de al menos un 20% en los fondos de la PAC a partir de 2027 en comparación con el presupuesto anterior, según explicó Piotr Serafin, comisario europeo de presupuestos. El total del presupuesto aumenta y se destina más a Defensa en detrimento de la PAC.
«Lo que hemos salvaguardado son los pagos de las directivas a los agricultores. Se trata del 80% o el equivalente a 300.000 millones de euros. Es una parte que está claramente salvaguardada y asegurada. Con los planes de asociación nacionales y regionales, hay potencialmente mucha más financiación accesible», explicó Von der Leyen en conferencia de prensa.
La presidenta del Ejecutivo comunitario también subrayó que este es solo el comienzo del proceso de negociación, que podría durar hasta dos años con el Parlamento Europeo y el Consejo.