Este jueves, la Comisión Europea ha presentado una innovadora estrategia que aprovecha sus capacidades diplomáticas, comerciales y de inversión, con el fin de intensificar la cooperación en materia climática y salvaguardar sus intereses al impulsar normativas para una transición equitativa. Esta iniciativa busca apoyar a los aliados en el desarrollo de sus propias políticas climáticas y enfrentar desafíos que amenazan los intereses de Europa.
En un contexto donde la administración estadounidense insta a que las regulaciones climáticas europeas no afecten a sus compañías, la Comisión Europea propone esta estrategia para liderar globalmente en el ámbito y motivar a economías en desarrollo a adoptar políticas similares, en un mundo donde “las reglas del juego han cambiado y las viejas formas ya no siempre funcionan”, según palabras del comisario de Clima, Wopke Hoekstra, durante la presentación de la estrategia.
La estrategia contempla utilizar recursos financieros, inversiones y comercio para fomentar la cooperación técnica que promueva la transición climática, alineándose con los estándares y compromisos del Acuerdo de París de 2015, acuerdo del cual Estados Unidos se retiró. También apunta a apoyar la implementación de medidas nacionales como el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, que la UE adoptó en 2023.
“Cuando otros dan un paso atrás, nosotros debemos dar un paso adelante”, declaró el comisario de Energía, Dan Jorgensen, subrayando la necesidad de la UE de aumentar su influencia global tras estar “por debajo de su verdadero peso”, en un momento en que la lucha climática atraviesa una “crisis”, según reconoció el comisario danés.
Respecto a los roces con Estados Unidos, Jorgensen señaló que “no es ningún secreto” que existen discrepancias en temas como las energías renovables y que Washington se ha retirado de varias colaboraciones internacionales multilaterales, aunque destacó la importancia de Estados Unidos como socio energético.
Finalmente, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, enfatizó la relevancia de las cuestiones medioambientales para los inversores estadounidenses, a pesar de no ser una prioridad para la administración de Donald Trump. “Hay muchos actores que siguen bastante comprometidos. Y entienden que la rentabilidad a largo plazo y duradera -también en términos empresariales- está en torno al clima y las soluciones de energía limpia”, explicó. Además, la política española destacó al bloque europeo como un “bien global” para la acción climática, la paz y la democracia, recordando que la UE ha liderado la política verde durante más de un cuarto de siglo, incluso después de la salida de Estados Unidos del protocolo de Kioto en 2001. “Es difícil, son tiempos turbulentos, pero no tengo ninguna duda sobre la importancia de mantenernos firmes, alzando la voz y siendo claros”, defendió, haciendo un llamado a continuar construyendo alianzas, asociaciones y estrategias climáticas “para que haya un lugar donde vivir”.