En agosto, el sector privado estadounidense registró la creación de 54,000 nuevos empleos, una disminución significativa en comparación con los 106,000 empleos creados en julio, informó la consultora ADP el jueves pasado.
La distribución del empleo mostró equilibrio entre los sectores de producción de bienes y servicios, con 13,000 y 42,000 empleos agregados respectivamente. No obstante, la industria experimentó una pérdida de 7,000 puestos laborales.
Según el tamaño de las empresas, las grandes corporaciones con más de 500 empleados contribuyeron con 18,000 puestos. Las empresas medianas, con una plantilla entre 50 y 499 trabajadores, añadieron 25,000 empleos, mientras que las pequeñas empresas, con menos de 49 empleados, sumaron 12,000 puestos.
«El año comenzó con un fuerte crecimiento del empleo, pero ese impulso se ha visto frenado por la incertidumbre. Hay varios factores que podrían explicar la menor contratación, entre ellos la escasez de mano de obra, el nerviosismo de los consumidores y las perturbaciones causadas por la inteligencia artificial», explicó Nela Richardson, economista jefe de ADP.
En cuanto a los salarios, estos aumentaron un 4,4%, manteniéndose estables. Las nóminas, sin embargo, mostraron un incremento superior al promedio en todas las categorías de empresas, con excepción de las pequeñas de 20 a 49 trabajadores (4%) y las microempresas de 1 a 19 trabajadores (2,5%).