La ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur ha sido objeto de críticas por parte de Asaja y Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, quienes consideran que este proceso representa una infracción al sistema democrático europeo.
Unión de Uniones ha expresado su descontento al afirmar que la Comisión Europea ‘demuestra su falta de voluntad para defender el modelo agrario de alto valor que los productores europeos sostienen’ y critica que se haya finalizado el acuerdo ‘saltándose su propio sistema democrático’. Además, han señalado que la Comisión intentó ‘separar la parte comercial del acuerdo de la parte política y de cooperación para evitar que los parlamentos nacionales puedan pronunciarse sobre las reglas comerciales’.
ASAJA ADVIERTE SOBRE LA DESVENTAJA DEL SECTOR FRENTE A MERCOSUR
Por su parte, Asaja ha condenado la decisión de la Comisión de ‘sacrificar la agricultura europea en aras de un rédito político inmediato’ y ha criticado que ‘el acuerdo con Mercosur se utiliza como cortina de humo para tapar la debilidad del nuevo marco transatlántico con Estados Unidos’. Además, ha discutido que ‘el procedimiento exprés impuesto por Bruselas vacía de contenido el control democrático y erosiona la legitimidad de los acuerdos internacionales’.
En relación con la separación de las partes del acuerdo, Asaja ha advertido que esto deja ‘en suspenso lo único positivo del acuerdo’, refiriéndose a ‘la obligación de cumplir con los compromisos climáticos de París, la normativa contra la deforestación o las reglas de carbono en frontera’. Pedro Barato, presidente de Asaja Nacional, ha señalado que sin garantías políticas y ambientales, ‘nos quedamos con un acuerdo puramente comercial que hace imposible competir con los modelos productivos de Mercosur’.
Finalmente, Asaja ha pedido al Gobierno de España y a las instituciones de la UE ‘detener este procedimiento’, devolver a las entidades legislativas nacionales su rol en la ratificación de tratados y ‘incluir salvaguardias reales que protejan al campo europeo, a los consumidores y a un modelo productivo que garantiza la seguridad alimentaria y la sostenibilidad’.