Diaphanum, la consultora financiera, ha declarado este martes que, mirando hacia 2026, priorizará la tesorería y los activos alternativos, en lugar de las bolsas, hacia las cuales su perspectiva es menos favorable.
Según un comunicado de la firma, el entorno macroeconómico previsto se distingue por una inflación bajo control, especialmente en la Unión Europea, con tasas de crecimiento global sólidas y un cese esperado de los recortes de tipos de interés.
Además, anticipan una reducción de la guerra arancelaria en los meses venideros. Desde Diaphanum apuntan que los aranceles han tenido un impacto limitado, aunque los efectos sobre la inflación varían según la región: en la UE, la inflación se mantiene cerca de la meta del Banco Central Europeo, mientras que en Estados Unidos, con tasas cercanas al 3%, es más complicado de manejar.
A pesar de la incertidumbre, en Diaphanum esperan una «resistencia del ciclo económico» para 2026, con crecimientos globales en torno al 3%, encabezados por Estados Unidos y los mercados emergentes, mientras que Europa podría beneficiarse del plan fiscal alemán.
En términos de política monetaria, la compañía ha explicado que la mayoría de los bancos centrales han pausado sus actividades, aunque la Reserva Federal «seguirá recortando a medida que el mercado laboral dé muestras de ralentización» y podría dejar de estar presionada por la Administración Trump.
«La Fed tiene margen para seguir recortando por su doble mandato de inflación y empleo mientras que, en el caso del BCE, mantendrá los tipos en el 2% por la menor inflación y bajo crecimiento», ha manifestado Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum.
APUESTAS PARA 2026
Diaphanum ha comunicado que comenzará 2026 con perspectivas favorables en tesorería y activos alternativos y una visión más pesimista sobre la renta variable, manteniendo una postura neutral en renta fija.
En cuanto a la tesorería, destacan su baja volatilidad y su capacidad de adaptarse a los movimientos del mercado, mientras que el mercado anticipa que el BCE pospondrá las reducciones de tipos.
La firma también ha expresado su intención de «alargar al máximo posible el vencimiento de los activos de tesorería», anticipando que perderán atractivo con el tiempo.
En bonos gubernamentales, las perspectivas se han deteriorado debido al «abandono de la disciplina fiscal», y muestran preferencia por los bonos periféricos europeos, que presentan «diferenciales atractivos».
En cuanto a la deuda corporativa, los diferenciales están «muy bajos desde un punto de vista histórico», tanto en ‘investment grade’ como en ‘high yield’, aunque ven potencial en este segmento, especialmente en los bonos corporativos europeos de mayor calidad crediticia.
Para la renta variable, anticipan que el rendimiento dependerá del «esperado repunte» de los beneficios para 2026, especialmente en tecnológicas estadounidenses, de los estímulos fiscales en Europa, la reducción de los gastos financieros y la normalización del comercio internacional.
En activos alternativos, han optado por inversiones de baja volatilidad y descorrelacionadas del riesgo de mercado, y aumentarán su presencia en este área por la «pérdida de atractivo» de la renta fija.
En cuanto al oro, sostienen que «puede seguir subiendo» debido a las compras de bancos centrales y economías emergentes, la depreciación del dólar y su papel como cobertura contra la inflación.
Finalmente, Diaphanum ha proyectado una «tendencia de debilidad» del dólar frente a cambios en los diferenciales de crecimiento, política monetaria y la incertidumbre geopolítica, así como por el deterioro de la balanza exterior europea.
ACTIVOS ILÍQUIDOS
La firma espera que la estabilidad en los tipos de interés, salvo un «accidente inflacionista», respalde una visión positiva sobre la actividad corporativa.
José Cloquell, director de inversiones ilíquidas, ha indicado que, conforme se recupere la actividad corporativa, se reactivarán las distribuciones a inversores, las llamadas de capital y el levantamiento de fondos.
Diaphanum ha enfatizado que el ambiente de estabilidad en los tipos, junto con la estabilidad en las valoraciones, fortalece la visión positiva sobre el capital riesgo más operativo en comparación con estrategias más vinculadas a consolidación, apalancamiento o expansión de múltiplos.
En deuda privada, prevén estabilidad en los tipos cobrados a compañías en deuda sénior y «algo más de actividad» en operaciones primarias vinculadas a la reactivación corporativa, equilibrando la competencia entre fondos de financiación alternativa.
Para la entidad, la combinación de rentabilidad y apalancamiento para «situaciones muy concretas» es más atractiva que en deuda privada sénior.
En infraestructuras, han optado por estrategias de valor añadido que no dependan de compresiones de tipos de interés ni de tasas de descuento para generar rentabilidad, mientras que en el sector inmobiliario han favorecido las inversiones de valor añadido y «estrategias oportunistas» que permitan adquirir activos con «descuentos relevantes» frente a su valor razonable.
