La Organización de Productores Pesqueros Artesanales Lonja de Conil (OPP72) ha informado sobre una disminución del 26,4% en las ventas durante la primera mitad de 2025 en comparación con el mismo lapso del año anterior, una situación que atribuyen al «avance imparable» del alga invasora y a la pesca furtiva «sin control».
La organización ha descrito la situación de la pesca artesanal como «una situación crítica», con una captura de aproximadamente 182 toneladas de pescado valoradas en 1,7 millones de euros, representando «una pérdida económica significativa» para la comunidad pesquera de Conil.
Comparando estos datos con los del período de enero a julio de 2024, donde se desembarcaron 230.800 kilos de pescado, valorados en 2,3 millones de euros, la OPP72 ha expresado que «Esta alarmante disminución es el reflejo de una confluencia de problemas estructurales que llevan años afectando al sector y que, lejos de remitir, se agravan con el tiempo», haciendo especial mención al alga invasora.
La entidad ha destacado que la proliferación de esta especie asiática está alterando los fondos marinos y desplazando a la fauna local, además de afectar a diversas especies marinas. Critican la exclusión del sector pesquero del Plan Estratégico contra el alga, a pesar de su impacto directo en la pesca artesanal, calificándolo como «un error estratégico que compromete la eficacia de cualquier medida adoptada».
La organización ha solicitado la inclusión del sector pesquero en la mesa estratégica contra el alga invasora para «se escuche su opinión y participe de manera activa en las tomas de decisiones» y ha pedido compensaciones por «las numerosas pérdidas» sufridas.
Además de estas preocupaciones, la OPP72 ha identificado otras causas para la caída en las capturas, incluyendo el uso de arrastre con tren de bolos, una técnica de pesca «altamente destructivo y poco sostenible» que está dañando los ecosistemas marinos. Han explicado que «al arrastrar cadenas de bolas metálicas por el fondo marino, se destruyen hábitats esenciales para la reproducción de numerosas especies, lo que compromete la regeneración natural de los caladeros y reduce la biodiversidad». Esta práctica, aunque no autorizada, sigue afectando indirectamente las zonas cercanas.
Respecto a la pesca furtiva, la organización ha denunciado la actuación «con total impunidad» de ciertos individuos, contrastando con el cumplimiento estricto de las normativas por parte de los pescadores legales, y ha propuesto reforzar los controles en puntos de desembarco y comercialización para combatir esta actividad ilegal.
La OPP72 ha advertido que «las posibilidades de pesca se reducen cada año, la flota mengua paulatinamente y los ingresos de los pescadores apenas permiten su supervivencia», instando a la adopción de «medidas urgentes, eficaces y consensuadas» con el sector para evitar la desaparición del pescador artesanal y asegurar un futuro sostenible para la costa y sus familias.















